La ruta hacia el norte

Hoy nuestro trabajo es llegar al norte. Es como cambiar de pais. El sur de Benin, no es que esté muy desarrollado, pero si se le compare con el norte, es como comparar el día y la noche. Por eso la Funfacion ALAINE trabaja en el norte.

Ya hemos contado en este blog cómo es el Camino al norte (leer crónica viaje 2022) y eso es algo que, de momento, no cambia. Sigue siendo igual, aunque siempre hay novedades.

Benin siempre ha sido y es, un país sin recursos naturales a diferencia de la mayoría de sus vecinos. Otras veces he comentado que su puerto en Cotonou, es su principal riqueza pues aglutina la mayor parte del tráfico comercial de entrada y salida de productos para consumo en Benin o en los países de su entorno.

Hoy, hemos coincidido en el trayecto hasta Parakou con un buen número de pesados camiones transportando gruesos tubos. Se trata de la construcción de un nuevo oleoducto para transportar petróleo desde “las tres fronteras” El suministro combinado desde Burkina, Chad y Níger, hasta el puerto de Cotonou y desde allí al mundo entero. Se une así al tráfico de uranio que recorre el país desde Níger hasta el puerto.

Se une también a ese otro tráfico más local y doméstico que recorre sin cesar las pocas carreteras de Benin. Coches que ya van por su tercera o cuarta vida. Que llegaron también al puerto de Cotonou, cuando dejaron de ser útiles en Europa, porque tenían “demasiadas emisiones” y contaminaban demasiado,… Vehículos que representan un peligro, no ya para el ecosistema, sino para la seguridad del tráfico rodado en general y para la integridad de sus ocupantes en particular.

Hoy a ese peligro se le ha unido el brutal empeoramiento de la carretera en algunas zonas. Algo que obligaba a zigzaguear tratando de evitar los enormes baches que jalonaban la ruta. Daba igual que fueras una moto, que un coche con buena amortiguación o sin ella, un camión de muchos ejes o todo lo contrario. El eslalom a realizar en una carretera de doble sentido ha obligado a nuestro amigo Carlos a poner una vez más en evidencia su pericia al volante.

Pero no todo ha sido sufrir. En las 9 horas que ha durado el viaje (independientemente de lo que nos dijera ayer Google Maps),…

…hemos realizado un par de breves paradas para ir reponiendo fuerzas.

La primera en Dassa, en un bareto de carretera en el que paramos en cada ocasión desde mi primer viaje en el 2008. Y es que su omelette beninoise pimantée, nos encanta. Eso si: “deux – deux” que es como se pide haciendo referencia al número de huevos que queremos en cada tortilla. Las 4 tortillas y las bebidas, nos han costado 7,5 €.

La segunda parada ha sido ya en Parakou. En “Le secret de la vielle marmite”. Se trata de un restaurante local, con especialidades locales y muy popular. La comida de los 4 nos ha costado 18 €. Con razón el local está tan frecuentado.

Por la tarde nos hemos instalado en la que será nuestra residencia durante los próximos días en el barrio de Tibona de Parakou (Ver en Google Maps) y a continuación nos hemos ido a la Residencia para estudiantes universitarios de Parakou. Allí donde estudian nuestros “becados”

Están de vacaciones y no hemos estado con ellos, pero hemos podido ver las mejoras realizadas en la residencia con el proyecto que les financiamos a finales de 2021

Se trata de un Foyer, es decir que los chicos y chicas se auto gestionan su manutención, con un cierto apoyo de la mano de nuestra contra parte. En la foto anterior, abajo la cocina y zona de lavado, primera y segunda plantas zona de estudio y de trabajo en grupos (foto inferior)

Una jornada de traslado que no ha dejado por ello de ser productiva. Mañana nos vamos a ver a los “frailes de la Campaña” y trataremos de contarlo.

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