Hoy hemos comenzado temprano y hemos salido a primera hora hacia Biro, el punto más lejano de nuestra ruta de hoy. Allí tenemos unas huertas para mujeres. De vuelta visitaremos Ouennou con unas huertas y un centro de acogida y formación en soldadura para chicos y Sirarou con huertas, piscicultura y un centro de acogida y formación para chicas.

Pero antes hemos pasado revista al equipamiento financiado para la maternidad y el laboratorio de Tchalinga,…



Hemos ido en primer lugar hasta Biro. Hasta hoy, cada vez que habíamos visitado la localidad, nos había recibido el CA, el Chef d’arrodissement, el Jefe de Distrito, pero hoy no ha sido así. Ha resultado elegido en las elecciones legislativas del pasado 8 de enero, como Diputado.
Cuando hemos llegado a las huertas hemos podido ver cómo estaban trabajadas

El agua continúa siendo más que suficiente y la instalación solar continúa trabajando a tope. Es lo bueno de hacer las cosas bien.

Pero, una vez más, hemos elegido “día de mercado” para visitar unas huertas, algo que ya nos había ocurrido antes en otros lugares. Las mujeres han acudido muy temprano a las huertas, han regado, han recolectado y se han ido al mercado. Tan solo nos hemos encontrado con las representantes con la “Secretaire” a la cabeza



Hemos podido comentar con ellas los habituales problemas. El paron por la estación de lluvias y los trabajos en el campo del marido, las relaciones entre las mujeres, la gestión comunitaria frente a la gestión individual,… Cuestiones que para nosotros ya son recurrentes y a las que vamos dando respuesta en función de las experiencias que mejor funcionan. Hoy hemos presumido de las huertas de Bougou y Pelebina en la Donga, enseñándoles una foto del mes de diciembre.

Les hemos animado a continuar favoreciendo que cada mujer trabaje su plancha de terreno y de esa manera se puedan animar más, las que más trabajan al ver recompensado su esfuerzo,… como ya ocurre en Bougou o Pelebina.

Desde Biro nos hemos ido a Ouennou, pero antes de comenzar nuestro trabajo allí, hemos parado en una pequeña buvette, a tomarnos una cerveza. El calor ya apretaba de lo lindo.

En Ouennou hemos visitado el Centro de Acogida y de formación en soldadura. Los alumnos ya han comenzado a realizar trabajos de suficiente calidad como para ser comercializados. De hecho, las puertas y ventanas de los últimos proyectos en Tchalinga y Banikoara, ya han salido de sus manos. Una financiación doblemente beneficiosa.

Hemos disfrutado viendo a los chavales en sus prácticas,…

Y parte del equipamiento financiado,…

En las huertas también se sentía su presencia con unas regaderas de diseño “doméstico”


Desde Ouennou, hemos ido a visitar Sirarou. Allí, nos han recibido algunas de las internas.

Nos hemos encontrado con la necesidad de animarlas. Comenzamos con su formación en 2019. Ya han cumplido con sus tres años de formación y están listas para presentarse al examen estatal que les debe permitir poder ejercer su oficio, pero el estado no convoca el examen y ellas se desesperan, sus familias también y una buena parte de las internas y la totalidad de las externas han sido reclamadas por las familias para los trabajos del campo y de la casa.
Por eso, hoy hemos estado con poco más de una docena de las 38 chicas formadas en el centro en costura o peluquería. Esperan que tras las recientes elecciones se convoquen los exámenes estatales y se pueda enderezar la situación. De momento les hemos hecho un pedido de delantales, para “obligarles” a seguir con el trabajo y estar listas para el día en el que puedan demostrar su capacidad.


Las chicas colaboran en su sostenimiento con tareas agrícolas en una parcela de las cercanas huertas y con una incipiente granja. Con ello no solo abaratan la manutención, sino que, además, aprenden cosas útiles para su futuro.




Después hemos visitado las huertas de las mujeres de Sirarou y hemos saludado a Salamatou (Sala), una de las mujeres más antiguas de las huertas, que hoy nos ha contado una de esas historias que te parten por la mitad. Su historia de cada día.

Sala, cada mañana se levanta mucho antes de que el sol aparezca en el cielo. A las 05:00 de la mañana va a la huerta a regar y a realizar los trabajos necesarios. Después acude a trabajar en el campo del marido (compartido) y cuando acaba allí, vuelve a las huertas para continuar con su trabajo. Hoy en concreto nos ha preparado, además, un buen lote de verduras como regalo “el que viene a visitarnos una vez al año, cada año, se merece todo”. Esas han sido sus palabras cuando le hemos dicho que era demasiado

Al parecer, su marido le tiene prohibido acudir a la huerta pero ella no le hace caso. Nos ha contado que cada mes puede sacar unos 60.000 francos cfa (unos 90 €). Con eso consigue la comida para la familia y envía a sus hijos e hijas a la escuela de la Fundación Vie pour Tous, que se encuentra junto a las huertas. Lo curioso es que el marido come los tomates, el “piment”,… y ve que sus hijos van a la escuela sin preguntarse de donde sale el dinero para todo eso. ¿Es demasiado tonto, o demasiado listo?

Mañana nos toca traslado. Nos vamos a Nikki, a la casa de las Terciarias Capuchinasdonde tenemos mucho quehacer. Nos espera una semana de pésimas rutas para acceder a villages remotos en la maleza. Algunos ya conocidos y otros por conocer. Os lo iremos contando
