Nuestra primera Sonrisa

2009-03-11-paula-amaral.JPGHa pasado mucho tiempo desde que el 23 de enero de 2008 publiqué en este Blog, un post titulado “Ayuda para generar Sonrisas”. Ha pasado mucho tiempo sin que los numerosos intentos realizados llegaran a culminar en la consecución de la sonrisa de un niñ@ enferm@.

Con esa misma fecha, incorporé al Blog una Página más, que pronto dejó de serlo para convertirse en el artículo más
leído del Blog. Allí se mantiene desde entonces. Imbatible, a pesar de los resultados de la Campaña. La titulé S.O.S. Sonrisas y la habéis premiado sistemáticamente con vuestra atención. En ella cuento el Programa Sonrisas de la Fundación Alaine.

Antes de publicar el post o la Página, habíamos hablado con todas las Instituciones que parecía que nos podían ayudar a conseguir una sonrisa en quienes más lo necesitaban. La acogida a la propuesta realizada por la Fundación Alaine fué en todos los casos excelente. Equipos de futbol o baloncesto plagados de estrellas las ponían a nuestra disposición para ayudarnos. La Sociedad General de Autores nos ofreció no sólo grupos o solistas nacionales sino también internacionales. Mi optimismo en aquellas fechas era desbordante.

No ocurrió lo mismo cuando comenzamos a hablar con los entornos de los potenciales beneficiarios. Recibimos la indiferencia y el escepticismo de varias asociaciones oncológicas y nos vimos abocados al caso a caso por conocimiento personal. Sabíamos que iba a ser más lento, pero estábamos – y estamos – convencidos de que tenemos razón y que nuestra “máquina de hacer sonrisas” puede resultar de mucha utilidad.

Pues bien, hoy, algo más de 13 meses después, hemos conseguido cerrar el circuito con nuestra primera Sonrisa y no puedo dejar de contároslo. Es de una niña, como Alaine,…. Tiene 7 años y una enfermedad que los médicos llaman osteosarcoma y que es un tipo de cáncer de huesos. Es Fan de Amaral y la Fundación Alaine a través de la S.G.A.E. le ha conseguido un par de póster dedicados a su nombre.

Conocimos el caso por mediación de un médico y buen amigo nuestro y de la Fundación. Él, pese al escepticismo del resto del equipo que trata a la niña, nos pasó sus datos para tratar de cumplir su pequeño deseo. La maquinaria se puso en marcha,… et voilà.

Nadie duda que el estado de ánimo de un enfermo resulta a veces definitivo en sus posibilidades de luchar contra la enfermedad. Pues bien, no sé si con estos póster conseguiremos mejorar siquiera minimamente las posibilidades de esta niña frente al cáncer, pero ¿no creéis que merece la pena seguirlo intentando?.

Ahora confiamos que se produzca una cierta “mancha de aceite” y que nuestra “máquina de hacer sonrisas”, pueda demostrar su utilidad. Niñ@s enferm@s, hay y habrá, pero si les podemos hacer sonreir, tenemos la obligación de intentarlo.

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