Aunque efectivamente la mies es mucha, afortunadamente no estamos solos. Y no me refiero al espacio interestelar (en el que probablemente tampoco lo estemos). Me refiero al intento afanoso de mejorar la calidad de vida de los entornos de las enfermedades graves, sobre todo en los enfermos más jóvenes, por parte de distintos tipos de Asociaciones y Fundaciones.
Efectivamente, son muchas las organizaciones que se dedican a intentar poner una nota de color y calor en ámbitos en los que es especialmente necesario. Unos con Payasos, Magos, Títeres y demás. Otros con “doctores sonrisa”. Los hay que tratan de ayudar a las familias en general y otros a los niños en particular. Unos operan en el primer mundo y se centran en lo emocional. Otros se sumergen en el tercer mundo y no pueden dejar de concentrarse en lo material.
Centrándonos en el Primer mundo, cada uno tiene su receta, derivada normalmente de la
experiencia propia y del entorno que les rodea. El espectro es muy amplio. Desde algo tan concreto como intentar provocar una Sonrisa a algo tan complejo como conseguir realizar un Sueño. Todas las recetas con un objetivo compartido: que los niños disfruten de su edad, estén en el mundo que estén y permanezcan sanos o no.
Alguna de estas Organizaciones llevan ya años en “la pelea”. Otras acabamos de llegar. Buscamos flancos complementarios que ayuden al fin común. y por ello confiamos en ser bienvenidas en los entornos objetivo. Por si acaso, con cautela. Observando, analizando, preguntando,…. antes de actuar.
Por todo ello, desde la Fundación Alaine queremos avanzar realizando pruebas y contrastes que permitan validar lo que la experiencia personal de sus fundadores, recomienda. Eso quizá nos haga avanzar más lentos pero sin provocar ningún roto. Ya llegarán los momentos de correr, de extender una práctica exitosa. Hasta entonces contendremos el nervio por empezar y por hacerlo YA!