Martes 14 de febrero: en mitad de la “brousse”

Esa es la sensación que se vive en Yaoura. Una casi total desconexión del resto del mundo. Un lugar ideal para eremitas, pero sin acceso a un mínimo desarrollo.

En esas circunstancias el éxodo es una de las constantes anuales, para la mayoría de los miembros de las familias salvo los más pequeños que, a menudo, son cedidos para realizar duras jornadas de trabajo, a cambio de una compensación que reciben los padres. Una clase de “trata” que cuenta con intermediarios que compensan a los padres y “venden” los servicios de niños y niñas a familias para los trabajos domésticos o para trabajo en canteras, extractoras de arcillas para alfareros, venta ambulante,…

Tras 15 años de trabajo en el norte de Benin, hemos aprendido que cualquier cosa que queramos hacer para combatir esa situación, pasa por el agua. Ese es el punto de partida. El agua es el factor que les debe permitir unir las cosechas estacionales de un año, con las del siguiente. Es la única manera de que el éxodo de los padres o la cesión de los hijos, no sea una imperiosa necesidad.

Existe otro factor adicional que es preciso tener en cuenta. Hay que contar con líderes locales que sean capaces de organizar a sus “iguales” para conseguir objetivos algo más complejos que el agua. Para obtener agua todos consiguen ponerse de acuerdo, pero a partir de ahí es más difícil.

El pozo que hoy inauguramos en Koperou ha sido realidad gracias a la ayuda aportada por Lola, Jose Ramon y Julio. En el pozo ha quedado el agradecimiento de Koperou en la lengua local: el Taneka, para que todos lo entiendan.

Las visitas de hoy son un claro ejemplo. Este año inauguramos el pozo de Koperou. Hemos acudido andando. La distancia no llegaba a 1,5 km En este poblado financiamos en 2022 un pozo y entonces todos estaban unidos en la petición. La reunión que hemos mantenido hoy ha sido un claro ejemplo de falta de liderazgo interno.

Algunas mujeres querían hacer huertas, otras un molino para ayudarles con el carite, otros pedían un segundo pozo, un puente para que los niños pudieran cruzar el marigó para ir a la escuela. Un riachuelo seco que hemos cruzado nosotros, sin problemas, para visitarles,… En la estación lluviosa seguro que es un problema, pero los niños estarán entonces de vacaciones.

En mi discurso, he preguntado cuántas mujeres querían trabajar una huerta, cuántas el carite,… Algunas de ellas levantaban tímidamente la mano mirando a los hombres. No había un grupo claro, dirigido a un fin común. Es una pena, pero hasta que no lo haya, sabemos que cualquier ayuda que les demos, será como un azucarillo ante unas lluvias torrenciales.

Por si acaso, les hemos explicado que nuestra ayuda nunca será un regalo sino un apoyo que añadir a su decidido esfuerzo. Que nosotros podemos ayudarles “a subir la carga hasta la cabeza, pero que ellos deben tenerla antes sobre las rodillas”. Si quieren molino, que coticen para el molino. Nunca les daremos el 100% del coste. Si quieren unas huertas, que comiencen por vallar un terreno junto al pozo,… “nosotros nos vamos el jueves, pero Père Jean Claude queda aquí para transmitirnos vuestra propuesta”.

Y por supuesto, les hemos dicho que damos “por no escuchada” la petición de un segundo pozo. “Muchos poblados de esta zona no tienen uno y vosotros pedís otro?”

Una vez inaugurado el pozo se ha desatado la alegria de las mujeres y han comenzado con los bailes y los cánticos. Nos han despedido con regalos: un cabrito, un pato, dos pintadas y un par de bandejas de ñames.

Por la tarde, hemos visitado Yutanssi. Un village a 5 km de Yaoura. Hace dos años que han comenzado una escuela comunitaria. Tienen 72 niños y ya tienen muy avanzado el segundo edificio, en este caso para la escuela de pre escolar, lo que aquí conocen como escuela bombón.

Hemos saludado al profesor, que pagan los padres, y a los alumnos. De momento todos juntos hasta que terminen el segundo edificio y puedan separar a los más pequeños.

Hablando con el presidente de la asociación de padres de alumnos, ha reconocido que hoy le iba a costar dormir. Ellos tenían pensado ir a la Misión a pedirnos ayuda, pero cuando nos han visto en la escuela han explotado de alegria.

Les hemos explicado cómo trabajamos y que la visita no significa que les vayamos a apoyar,… pero a ellos solo la visita ya les ha encantado y nos han regalado un montón de ñames.

Seguramente, en el futuro, oiréis hablar de Yutanssi.

De vuelta a Yaoura, nos hemos preparado para otro paseo. Esta vez hasta Sourouwé-Biou. Solicitan un pozo y hemos decidido ir a ver donde cogen agua las mujeres. Hemos ido andando aprovechando eran casi las 18:00 y ya no hacía tanto calor

Por el camino hemos tenido algún encuentro con niñas que se asustaban al vernos y se ponían a llorar o directamente salían corriendo. Todos nuestros esfuerzos para tranquilizarles eran en vano. Lo único que podíamos hacer era seguir nuestro camino y lo hemos tenido que hacer.

Cuando hemos llegado al lugar, hemos podido ver uno de los peores entornos que recuerdo para coger agua. Un lugar abrupto, de agua sucia y contaminada por los excrementos de animales que hemos visto, junto al agua, llenos de moscas.

La distancia es importante, pero el agua se antoja que es más un foco de enfermedades que cualquier otra cosa.

Y mañana visitaremos otro poblado que no tiene agua. Esta a unos 10 km de Yaoura,… y no se puede ir en coche. Ni siquiera parte del camino. Me temo que al final tendré que acostumbrarme.

Espero que os lo pueda contar por que,… siga entero y recuperemos la cobertura.

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