Bajo este lema, Manos Unidas quiere dedicar este año 2008, buena parte de sus esfuerzos a paliar las enormes dificultades de nacer en África. Os invito a ver este vídeo y a conocer en este enlace, la realidad de los riesgos de “nacer en África” Ambos son de Manos Unidas, ambos nos empujan a la acción.
Para animaros a su lectura adjuntamos un fragmento, pero antes, os invito a ver un mapa del mundo dimensionado en base a las mortandad materna:
“Las principales causas directas de la mortalidad materna son:
las hemorragias (25%),
las infecciones (15%);
los abortos (13%);
la hipertensión (12%);
la obstrucción (8%);
otras causas, como las anemias (27%).
Los grandes determinantes de las complicaciones en el embarazo y en el parto, y de esta alta mortalidad son los retrasos en la atención sanitaria general y en los servicios de obstetricia apropiados y puntuales, debido a tres tardanzas:
La tardanza en solicitar la atención sanitaria, que está potenciada por el analfabetismo, la baja escolarización, la falta de información adecuada, la subordinación de la mujer y los factores culturales.
La tardanza que tiene que ver con que más del 80% de los partos se producen en zonas rurales o en los extrarradios desfavorecidos de las ciudades, carentes de servicios obstétricos de urgencias, a lo que se une su coste y la falta de transporte.
Por último, la demora en los servicios apropiados una vez que las mujeres llegan a los centros o intentan parir en sus casas, que tiene que ver con la falta de personal especializado, la falta de medicinas y de tecnología necesarias.
Hay otras causas derivadas de las condiciones de vida. Las familias pobres suelen ser remisas a la hora de mandar a sus hijas a la escuela. En sociedades donde el destino asignado a las mujeres es casarse y procrear, enviar a sus hijas a la escuela es visto por los padres como un “desperdicio de tiempo y dinero”,ya que es común pensar que los supuestos beneficios de la educación repercutirán en la familia del marido. Por el contrario, abordada desde una perspectiva de salud, la educación de las niñas genera una serie de beneficios personales y sociales: las madres educadas mejoran el capital humano de su hogar y mejoran su propia salud.
La educación debe, no obstante, completarse con la transformación de la realidad social, para que permita a las mujeres acceder a unas condiciones maternas más seguras, previniendo la maternidad prematura a través del matrimonio infantil, aquél en que uno o ambos contrayentes son menores de 18 años. Los padres suelen permitir el matrimonio precoz de sus hijas debido a necesidades económicas, o porque creen que las protege del acoso sexual y del embarazo fuera del matrimonio, aumenta sus años
fértiles o les asegura la sumisión a sus maridos en el hogar.”
Por eso, desde la Fundación Alaine, pensando en el medio y largo plazo, debemos seguir financiando la construcción de escuelas y becando sobre todo a mujeres jóvenes. Pero con este panorama en el corto plazo vamos a idear alguna fórmula que nos permita aportar, también en ésto, nuestro granito de arena.
De momento, suscribimos el Manifiesto 2008 de la Campaña XLIX de Manos Unidas.