Han sido tres horas de operación en un quirófano del Hospital Niño Jesús. Ciento ochenta minutos largos como si cada uno de ellos no fuera a tener fin. Ha sido el último mal rato. Un tiempo con el que se han culminado varias semanas de nervios. Se ha cumplido un objetivo largo tiempo añorado. Un objetivo en el que se habían puesto muchos esfuerzos e ilusiones por parte de quienes han movilizado todo el proceso.
Hoy han operado a Aline,…
… y quienes lo han hecho, están de acuerdo en considerar que no hay que hacer nada más. Que el tumor era benigno y que los efectos que hasta ahora estaba produciendo deben desaparecer.
Hoy han operado a Aline.
Falta la nueva resonancia y su concluyente resultado. Con eso, el diagnóstico será firme y la recuperación de Aline dependerá solamente de sus abundantes fortalezas físicas, típicas de una joven de 17 años.
Hoy han operado a Aline,…
… y cuando he recibido la noticia del resultado, me ha dado una gran alegría. Me he alegrado por ella, por su familia, por quienes lo han hecho posible y por todos los que la vean regresar curada a Benin despejando los malos humores de demonios o vudús que suelen rodear este tipo de enfermedades.
Hoy han operado a Aline,…
y cuando he sabido del resultado, he sentido que Alaine, con sus grandes ojazos, seguía desde el Cielo, pendiente del proceso, ahora en la UVI, y consciente y satisfecha, nos dedicaba una de sus inmensas sonrisas.
Hoy han operado a Aline y pronto estará, sana y salva, de vuelta entre los suyos. ¡Enhorabuena a todos!