¡Ya está todo listo!
Mañana a las 4:00 a.m. salimos hacia el aeropuerto. Nos volvemos a Benín. Un buen amigo nuestro y de la Fundación Alaine, nos va a llevar a nosotros y a nuestras 11 maletas. “Os dejo y me vuelvo a meter en la cama,…” nos dice infravalorando su esfuerzo. Sin él tampoco sería posible.
Afortunadamente son muchos los Amigos que están haciendo posible nuestro sueño. Muchos que como él, ponen su grano de arena para que la Fundación Alaine continúe con su trabajo y vaya creciendo en proyectos realizados y sueños cumplidos.
En esta ocasión nos llevamos balones, camisetas, gorras, libretas y gafas de sol para los albinos de Benin. Todo ello donado por BBVA. También llevamos las gafas graduadas que han quedado en desuso y que recogen en Ecovisión Economato Optico. Los ordenadores portátiles donados por IBM,… bombillas LED para la maternidad de Igbomakro, y tantas y tantas otras pequeñas cosas que allí se van a convertir en grandes sonrisas de sincera felicidad.
Volvemos a Benín y llevamos las espaldas cargadas de ilusión y coraje. Sabemos lo que nos espera y banalizamos las incomodidades y el calor, frente a la estupenda acogida que nos espera en todos y cada uno de los poblados que vamos a visitar. En los que nos conocen y en los que no. En los que hemos desarrollado algún proyecto y en los que no llegaremos a hacerlo. Es su forma de ser. Saben que llegamos de lejos y nos agradecen la visita ofreciéndonos incluso lo que ellos necesitan. Quizá por eso sufro tanto y se me llenan los ojos de lágrimas de furia y vergüenza, cuando les veo malviviendo hacinados en el monte Gurugú y enfrentándose a las crueles barreras construidas por los países más ricos, para defenderse de su miseria.
Volvemos a Benín y nos gustaría que nos pudierais acompañar todos vosotros, que fuerais testigos de lo que luego, torpemente,
trataremos de contaros y que vierais todo lo que se puede hacer con vuestra ayuda y con su trabajo. A nosotros nos sigue pareciendo asombroso. A la vuelta os lo contaremos.