Trabajo en Nikki

Comenzamos la semana en Nikki. La tercera de nuestro viaje. Una semana dedicada a la educación, la salud infantil, la promoción de la mujer y al agua. Pueden parecer cuatro cosas pero cuando hablamos de cualquiera de ellas estamos hablando también de las otras tres.

Resulta poco menos que imposible que las madres puedan cumplir lo que les dicen en el centro nutricional sin que tengan los medios para hacerlo o sin antes superar las inercias tradicionales que sólo se pueden vencer con muchos años de educación. No se puede tener salud en un poblado que no tiene agua y que para conseguirla acude a un riachuelo compartido con los animales. Y así podríamos seguir poniendo ejemplos que, con los años, nos han reafirmado en que no podemos dejar de trabajar en ninguno de los cuatro campos citados.

¡Bienvenidos! En batonou, la lengua de los Baribas.

Hoy hemos comenzado por visitar la ONG local OAN Nikki, una consecuencia del trabajo de la española OAN Internacional. Se dedican a la emancipación de la mujer a través del apoyo de las microfinanzas, la animación de las. Huertas para mujeres, el emprendimiento y en definitiva al fomento de la emancipación económica de la mujer.

Nos han contado cómo trabajan y nos hemos emplazado a buscar alguna actividad en la que les podamos apoyar. Nos unen los objetivos comunes y el trabajo con las Terciarias Capuchinas, grandes conocedoras del entorno, de sus necesidades y de las posibles soluciones.

Tras la reunión hemos ido a Bessangourou, una de esas poblaciones de la maleza en las que hace pocos años comenzamos la aventura de la escolarización con una pequeña escuela semilla o comunitaria.

Los padres aceptaron pagar al maestro mientras el estado no aceptara la escuela dentro del sistema público beninés y siguen haciéndolo. A cambio la fundación Alaine financió el edificio de la foto

Hoy la mayoría de los niños llevaban la ropa que les hicieron para acudir a la boda de su maestro. Ya os lo contamos en marzo de 2021, pero podéis recordarlo en el siguiente enlace

Hoy hemos sabido, además, el regalo que la población de Bessangourou hizo a su maestro con motivo de su boda. Se desplazaron hasta su campo con sus animales para preparar el terreno para la siembra y posterior cosecha. Eso es un regalo práctico.

El objetivo de nuestra visita de hoy era reafirmar el esfuerzo de niños, profesor y padres en la senda de la escolarización. Parece que ha sido provechosa la visita, porque hemos asistido a cómo algunos padres aprovechaban para ponerse al día en sus pagos.

Uno de los problemas para el pago es que las familias que han decidido cultivar el algodón, todavía tardarán en cobrar el producto de su trabajo. Los que cultivaron soja ya han podido pagar al maestro. En cambio con el algodón el proceso es más largo, el único comprador es el estado y eso es cualquier cosa menos bueno. Otro día, hablaremos del algodón, largo y tendido.

Camiones con algodón acercándose a la fábrica de Nikki

El maestro nos ha explicado con satisfacción y lógico orgullo cómo algunos de sus alumnos más mayores ya están en la escuela pública de la población más cercana y son los primeros de sus cursos.

Nos parece fundamental acompañarles en los trámites necesarios para que el estado reconozca la escuela y les envíe profesores. Nosotros hemos reafirmado nuestro compromiso ya que llegado el momento será necesario financiar un nuevo edificio de aulas. Lo haremos encantados, conscientes de que eso era lo que queríamos cuando vimos a los niños en el apatam e hicimos su escuelita.

Aun quedan muchos chicos y sobre todo chicas sin escolarizar. Algunos de ellos se asomaban con curiosidad por las ventanas para ver qué ocurría en el interior de la escuela. Suponemos que con una cierta envidia. Cada curso que pasa supone que para algunos de los potenciales alumnos no llegamos a tiempo, pero en estos lares las cosas son más complicadas de lo que estamos acostumbrados. Es preciso tener paciencia y no cejar en el empeño.

Por la tarde nos hemos dado una vuelta por el centro de las Terciarias Capuchinas y nos hemos acercado a las huertas del centro nutricional, una financiación de 2012. Están preciosas y continúan resultando de gran utilidad.

También hemos aprovechado para cargar combustible. No es bueno adentrarse en la maleza con menos de medio depósito.

Mañana nos vamos a Gurre BIO, una población perdida en la maleza, muy lejos de la civilización en todos los sentidos y no solo en el físico. Os lo contaremos.

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