Sakire ya tiene agua,…

Sakire, Sakerit,… lo he escrito de muchas maneras, tratando de deducir la grafía según lo escuchaba. Hoy ya hemos visto el rótulo hecho por los del poblado. Es Sakire.

Hemos escrito mucho sobre el agua, sobre su falta y sobre las consecuencias de tenerla disponible o no y de que sea saludable o no. Consecuencias en el mundo de la salud y en el plano del desarrollo. Por eso siempre decimos que “el agua es el punto de partida”

En los poblados en los que no hay agua potable, las mujeres y sus hijas suelen ser las encargadas de ir a buscarla. Eso supone que dediquen muchas horas, mucho esfuerzo y que en el caso de las hijas, no puedan ir a la escuela.

Desde el punto de vista de la salud, carecer de agua potable e ir a buscarla a lugares donde se comparte con los animales, supone que la mortalidad infantil es más elevada y que la práctica totalidad de la población sufre de problemas gastro intestinales

Una vez que llega el agua a los poblados, los problemas generales de salud remiten y la mortalidad infantil se ve reducida a los casos de malaria y desnutrición. Enfermedades que no se ven agravadas por las pertinaces diarreas que provoca el agua en mal estado.

El agua potable en el poblado implica además, que las mujeres no solo tengan que dedicarle menos esfuerzo, sino que tendrán tiempo para poder trabajar unas pequeñas Huertas, con las que mejorará la nutrición familiar. Por otro lado, las hijas podrán acudir además a la escuela y si no la hay en ese poblado, sus padres se plantearán asociarse para conseguir una pequeña escuela semilla e iniciar la escolarización de sus hijos.

En definitiva, la llegada del agua potable a un poblado implica el inicio del desarrollo de ese poblado. Agua, huertas y escuela un camino que no será fácil, pero que es el único que les puede llevar a buen puerto

Cuando hemos llegado al poblado, nos han dicho que llegábamos demasiado pronto. Que no tenían todo listo por lo que deberíamos esperar. Mientras ellos han seguido preparando la comida, lavando a los niños y acicalando a las niñas.

Una de las cosas que más nos ha gustado, es ver unas pequeñas Huertas junto a la bomba. Normalmente suele ser tras varias visitas, que los poblados que tienen agua piensan en las Huertas. En este caso se han puesto en marcha ellos con sus propias fuerzas y han realizado una sólida valla e incluso han pensado en una próxima ampliación colocando postes adicionales. A partir de ahora será necesario darles algo de formación práctica, pero está claro que van a ser buenas alumnas. Hemos podido comprobar también la firme determinación de la presidenta de la asociación que han formado las mujeres, para las Huertas.

La presidenta del grupo de mujeres de Sakire

Durante la espera hemos visto que había una delegación de un poblado cercano Gourre Yako, que han querido comenzar a hacernos una peticion de una perforacion para suministro de agua potable. Les hemos dicho lo mismo: que tenían que esperar, que ahora estábamos en Sakire y que después iríamos a su poblado

Cuando ha llegado el momento, hemos comenzado con las ceremonias habituales: instalación del cartel, obtención del agua, cánticos, bailes y alegría desbordante de todos y sobre todo, de todas.

Llegados a los discursos, en el nuestro, hemos hecho un enfásis especial en felicitarles por el ímpetu que han dedicado a las Huertas y les hemos hecho la petición de que dediquen el mismo ímpetu a iniciar la escolarización de sus hijos y de sus hijas

Les hemos enseñado las fotos del apatam que nos encontramos cuando llegamos a Gourre Kasse en el año 2022 y también les hemos enseñado cómo acudían a clase los niños de Gure, debajo de un árbol. Ejemplos muy cercanos para ellos. Les hemos animado a comenzar y les hemos recordado que si persisten el esfuerzo les apoyaremos, como ya hemos hecho en otros lugares.

Antes de marchar, nos han dado para comer arroz con tomate y trocitos de pollo y de cordero. Todo ello muy sabroso.

Y entonces han llegado los regalos: tres sacos de grano, unos pollos y leche. La leche tan apreciada de los Peulh. Todo para el centro nutricional, aunque alguno de los pollos igual acaba en nuestra mesa.

Una vez que hemos terminado, hemos continuado camino hacia Gourre Yako, guiados por la delegación que había venido a la inauguración en Sakire. Al llegar hemos tenido que dejar los coches en un cruce y terminar los 200 m que quedaban hasta el poblado, caminando.

En la entrada de cada vivienda tenían la tradicional tina con agua que, en este caso, era limpia y procedía de Sakire.

Nos han dicho que no tenían agua en el pueblo, y que la alcaldía de Nikki les había financiado una perforación hace 30 años, pero que ya no funciona y que necesitan otra. Les hemos dicho que no vamos a financiar otra, sino que tienen que averiguar si puede funcionar la antigua y que por supuesto el mantenimiento es por cuenta de la población y que por tanto ellos tenían que encargarse.

Hoy, el trayecto no ha sido de los más complicados, pero no ha sido en absoluto fácil. Al poco de comenzar nos hemos encontrado un moto triciclo cargado de leña y volcado casi en la mitad del camino. Hemos parado para ver si podíamos ayudarle, pero ya estaba la ayuda en marcha. Por el camino, muchísimo polvo que hacía que encontrarse con otro vehículo dificultara la visión durante un buen rato y no digamos si había que efectuar algún adelantamiento a los camiones que circulan por esas pistas.

Por la tarde nos tocaban “las cuentas” de los diferentes proyectos con las hermanas y aunque hemos llegado tarde a comer, todo ha quedado cuadrado a satisfacción de ambas partes, salvo el horario, que ha obligado a retrasar la cena y la publicación de esta crónica.

Mañana nos vamos a visitar Bessangourou, Sansi y De, con la ONG local OAN Nikki. Se trata de una prueba piloto para la animación de huertas comunitarias en las poblaciones en las que se han financiado con anterioridad, perforaciones para suministro de agua. Os lo contaremos.

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