No descubro nada diciendo que lo mejor de cada sitio suelen ser sus personas. Aún así, hoy quiero contaros alguna de las experiencias que tuve en ese sentido.
Desde el comienzo pude ver que el carácter de las gentes de Benín era extraordinario. Amable, acogedor, vital, positivo,… En Benín, con los benineses de cualquiera de sus muchas etnias, comencé a aprender que África nos puede dar muchas cosas. Una sobre todo de la que andamos muy escasos en nuestra civilización. De aquellas buenas gentes debemos aprender el difícil arte de “vivir mucho con poco” y siempre con una gran sonrisa. Buena parte de esa percepción quizá se debiera a la influencia de quien nos acompañaba y lo que representa no sólo como persona individual, sino como organización colectiva, la Sociedad de Misiones Africanas. En cualquier caso percibí que los Benineses no se sentaban esperando la ayuda. Y que por si no llegaba, trataban de ser autónomos en las soluciones. Por eso, para el primer post, a mi vuelta, elegí una foto de formación y trabajo.
Pero el máximo exponente de esa pasión lo encontré en nuestros anfitriones. En las personas que están desplazadas allí para acompañar a los benineses en su futuro. Allí, en Kopargó, en el salón de las estrellas, oí la mejor definición que me he encontrado nunca para esa “misión” que realizan miles de personas de todo el mundo, en los países menos desarrollados,… según nuestros criterios de primer mundo.
La víspera del día que nos íbamos de Kopargó, por la noche, muy tarde, en el Salón de las Estrellas cuando ya no quedaba casi gente, tuve mi oportunidad. Le pregunté al Padre Michelle por cuales entendía él que eran sus objetivos allí. Me miró fijamente, hizo una pausa que dedicó más a valorar mi capacidad de comprensión que a pensar la respuesta y me respondió:
“Nuestra misión aquí consiste en
… hacer más hombres a los hombres,…
… y con ello, hacerles más felices”.
Resulta difícil sintetizar más y hacer una mejor definición de unos objetivos donde lo importante es la pasión por las personas. Por su presente y por su futuro. Por ese orden y sean de la religión que sean. Estén en el país que estén. Desarrollado o no. Todo eso es circunstancial. Lo realmente relevante es ayudar a que cada persona sea capaz de poder elegir libremente su futuro. El Padre Michelle sabe que ese es el mejor camino y lo pone en práctica de una manera pertinaz. Nosotros, solo aspiramos a ayudarle a ayudar a los benineses a solucionar su mañana, mejorando de paso, su presente.
Um abraço, Ramón, e parabéns pelo teu esforço e dedicação.