- En Sudán, los militares luchan por el poder contra los paramilitares con los que antes colaboraban, mientras la población civil es la única víctima. Caídos por el fuego cruzado o desplazados a los países vecinos que no cuentan con una mínima infraestructura de acogida, más allá de la solidaridad entre ellos.
- En RD del Congo y pese a un endeble alto el fuego, la situación continúa muy inestable y volverán a las andadas.
- En Senegal, la lucha política ha salido del Parlamento a solo 6 meses de las elecciones de febrero de 2024. Con el principal opositor en la cárcel, su partido declarado ilegal y aunque internet esté en suspenso, los jóvenes se han echado a la calle y la situación es cada vez peor, con pocos visos de solución.
- La República Centroafricana, acaba de votar en referendum una nueva Constitución que, de salir aprobada perpetuaría en un poder casi absoluto al actual mandatario promotor de la iniciativa.
- En África Occidental, la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental), amenaza con intervenir militarmente contra los recientes golpistas de Níger y son contestados por los golpistas en el poder de Burkina Faso y de Malí: “lo consideraremos una declaración de guerra y actuaremos en consecuencia”. Con cada golpe de estado en la zona, se cambian los equilibrios internacionales pasando de los apoyos europeos al apoyo de Rusia a través de grupos paramilitares como Wagner. En esta ocasión, en Níger, los EEUU tienen unos 1.000 efectivos militares dentro del país y Francia los 1.500 que trasladaron desde Mali cuando se cerró la colaboración con los golpistas de allí.
Y así hasta 40 conflictos armados en tan sólo 54 países, pero hay más nubarrones
- Los grupos yihadistas asentados en Mali, Burkina,… quieren abrir un corredor de tráfico de armas y drogas por todo el África Occidental, utilizando las rutas de la transhumancia tradicional. Eso pone a la etnia que habitualmente realiza esa tarea, en el ojo del huracán frente a todos sus vecinos,… con el riesgo adicional de que se radicalicen
- Y mientras, el grano ha dejado de circular desde Ucrania, las consecuencias del cambio climático son cada vez más visibles en el sahel y el número de familias que huyen de los conflictos armados, aumenta sin cesar,… sin tener a dónde ir.
En este panorama, los que pagan el pato, no son los que luchan por el poder, sino los que lo hacen por poder mantener a sus familias. Con esos es con los que trabajamos desde la Fundación Alaine, pero no podemos ser ajenos a lo que pasa a nuestro alrededor.
Nuestra zona de trabajo (norte de Benin y de Togo y suroeste de Níger) está, en las últimas semanas afectada de forma especial. Se trata de una zona cada vez más amenazada por la corriente yihadista que llega desde Burkina Faso, donde los golpistas pusieron como excusa la lucha contra el terrorismo, que cada día que pasa va a peor. A eso se une ahora el golpe de estado en Níger.
El norte de Benin, tiene una fuerte dependencia de sus vecinos Níger y Nigeria. La frontera con Níger, muy marcada por el rio del mismo nombre, provee a la zona de cebollas, arroz,… a un coste mucho menor. Desde Nigeria llegan – sin pasar aduana -, los derivados del petróleo,… también a menor coste. Y la salida de las riquezas de Níger (uranio y muy pronto petróleo), salen hacia el mar atravesando Benin hasta el puerto de Cotonóu, algo que genera divisas para el país y fomenta y alimenta los pequeños negocios locales al borde de la ruta.
Una posible iniciativa armada contra los golpistas nigerinos, de la mano de la CEDEAO, haría saltar por el aire ese frágil equilibrio, con un cierre absoluto de las fronteras y provocaría que una buena parte de las familias del norte de Benin, vieran amenazadas sus economías hasta el punto de quiebra total. Sin alimentos a menor coste y sin el comercio generado por el tráfico transfronterizo y comercial junto a las rutas del puerto, las familias se encontrarían a las puertas de la hambruna.
El otro escenario, es el del bloqueo económico, financiero y comercial con Níger para tratar de conseguir que los golpistas depongan su actitud y devuelvan el poder al Presidente electo en las urnas. EEUU, Francia,… ya han anunciado que suspenden la Ayuda Oficial al Desarrollo. Dudo mucho que eso les preocupe a los golpistas que están recibiendo con los brazos abiertos delegaciones rusas y chinas. A los que sí les debería preocupar es a los nigerinos de a pié, pues habitan el país más pobre del mundo y sin la ayuda internacional, lo van a pasar muy muy muy mal.
El problema principal, desde nuestro punto de vista, es que nadie se preocupa por los nigerinos. Francia se preocupa por un uranio que extraen empresas francesas en buena medida para centrales francesas. A los gobiernos nigeriano, beninés o incluso senegalés, les preocupa ser el siguiente en la lista de golpes de estado. Razón por la cual, han sido los primeros en ofrecer sus ejércitos para restituir al presidente electo de Níger. Y así, cada actor en este escenario declara unos intereses loables, pero esconde sus motivaciones espureas reales.