Le bâtiment fatigué

Hoy nos vamos a Basso

Desde la Misión de Kalale hemos financiado, sobre todo, proyectos de educación. Nuestro primer proyecto fue un edificio de aulas para la escuela de primaria. Fue nuestra aparición en la escena pública, tras la creación de la fundación ALAINE. Fue nuestra primera campaña de captación de fondos para iniciar la andadura que todavía nos ocupa

Era octubre de 2007 y esa primera campaña nos permitió financiar dos edificios. El de Kalale para aulas de primaria y otro en Bouka para aulas de secundaria.

Conocimos el proyecto de Kalale de la mano de la parroquia de Santa Maria Madre De Dios de Tres Cantos. Allí conocimos a Marcos Delgado, misionero de la Sociedad de Misiones Africanas. Con él hicimos a comienzos de 2008 nuestro primer viaje a Benin. Este año 2022 estamos ya en nuestro vigésimo segundo viaje,… y seguimos aprendiendo y disfrutando.

En Basso hemos trabajado mucho para el instituto de secundaria. En nuestra lógica, es necesario reforzar las posibilidades de escolarización primaria en los poblados y asentamientos de la periferia, a la vez que se posibilita la infraestructura para que, una vez terminen la primaria, puedan continuar sus estudios de secundaria en un lugar que concentre esa posibilidad. Eso es Basso para nosotros y por eso les financiamos 3 edificios de aulas y una biblioteca.

Una biblioteca que financiamos en memoria de mi padre, cofundador de la fundación Alaine, que era un impenitente lector.

Basso es una provincia fronteriza. La principal población de la provincia, se encuentra a unos 10 km de la frontera con Nigeria y en los últimos cursos del primer ciclo de la secundaria (nuestra ESO), es muy habitual que los alumnos acudan a clase por la mañana y vayan a trabajar a Nigeria por la tarde. En esas condiciones, el nivel de éxito de los alumnos en los exámenes estatales es muy bajo. En el último examen para el acceso al bachiller ha sido de tan solo el 36% de los presentados.

En el instituto nos han solicitado equipamiento para la biblioteca. Libros estanterías, pupitres,… Les hemos pedido un presupuesto para poder valorar su solicitud. Una propuesta que sin duda ayudará a mejorar la calidad del aprendizaje.

De camino a Basso, hemos parado en Nassikonssi, a 5 km de Kalale, donde ya financiamos un edificio de aulas para primaria en el pasado. En este momento ya tienen la escuela por duplicado. Cada curso tiene una clase A y una clase B. La norma es desdoblar las clases cuando el total de alumnos para los 6 cursos de la primaria supera los 300.

Por ello necesitan 12 aulas (tan solo tienen 8), es decir 2 para cada uno de los niveles y eso contando con las aulas del edificio de barro! Un edificio al que se refieren como el “bâtiment fatigué” La verdad es que según nuestra experiencia en Benin son muchos los bâtiment fatigués a lo largo y ancho del norte del país.

El total de alumnos entre A y B es de 591 que se amontonan en esas 8 aulas y el apatam que han preparado para intentar darles cobijo en fechas como la de hoy. La reunión que hemos mantenido bajo el mango ha dejado a las claras que tenemos una muy diferente sensibilidad a la temperatura. Nosotros en manga corta mientras ellos llevaban sus forros polares y anoraks. Eran las 9:30 de la mañana.

Nos solicitan completar las 12 clases con un nuevo edificio de aulas. Aunque lo logren, la media de alumnos por aula será de 50 concentrándose en los primeros curso ya que el abandono escolar castiga más en los últimos cursos, sobre todo entre las chicas.

En la escuela de Nassikonssi hemos podido observar cómo se han reforzado de cara a la prevención frente al COVID con sus propios medios

Los tradicionales lavamanos de los chicos y chicas se han multiplicado. Basta pisar el palo para que el bidón se incline y deje salir un poco de agua,… hasta que se acaba. Debajo unas pequeñas piedras para intentar evitar el barrizal.

Una vez en Basso y tras la reunión en el Instituto, hemos visitado la escuela de primaria de la localidad

En esta ocasión solo tienen 6 aulas pese a que superan muy de largo los 300 alumnos. En CI tienen ¡100 alumnos! y 86 en CP. Clases absolutamente ingobernables donde la calidad de la enseñanza brilla forzosamente por su ausencia. Es una tarea imposible incluso para el maestro más avezado y dispuesto a darlo todo.

Pese a ello, solo solicitan que les ayudemos a remozar el edificio. Quieren cambiar las celosías de un lado y las ventanas del lado contrario. Todo para que penetre mejor la luz.

Finalmente nos han invitado a tomar algo en uno de los locales del pueblo. Querían únicamente agradecer nuestra visita ya que como siempre hacemos, la decisión queda postergada a que “podamos hablar con nuestros amigos de España, que son los que cotizan cada mes para que podamos financiar los diferentes proyectos” No queremos que parezca fácil y nos gusta que sepan que hay mucha gente detrás.

Cuando hemos llegado estaba el comandante de los gendarmes con algunos de sus hombres. Como nosotros, habían llegado para tomar unas cervezas, pero a juzgar por el número de latas sobre la mesa, llevaban un buen rato.

Nos han querido invitar también los gendarmes, por lo que se nos ha acumulado un poco el “trabajo” pero la vida tiene estos altibajos. Afortunadamente hemos podido añadir a las cervezas una tchintchinga con cebolla bien “pimentée”

Para terminar, como casi siempre, foto de fraternidad con los Padres de la Misión de Kalale, el Comandante, el Director del CEG y su ayudante,… y por supuesto, una mayor cercanía a la Gendarmería, algo que en los tiempos que corren nunca viene mal

La vuelta a Kalale ha sido igual de agitada que la ida, aunque bastante más calurosa

Por el camino y dada la cercanía de la frontera con Nigeria, hemos podido ver mucho tráfico para “comercio local transfronterizo” (vulgo: contrabando). En este caso de combustible nigeriano. Pero de eso hablaremos otro día.

Mañana nos quedaremos en Kalale para inaugurar las nuevas infraestructuras del Centro de Promoción Social de la provincia. Ah! Y mañana es día de mercado en Kalale. Iremos por la tarde y os lo contaremos.