En estos días de canícula no es sólo la ola de calor la que nos rodea e incomoda. Hay otra ola que, sin embargo, parece que nos tiene más indiferentes. Ambas llegan desde el mismo sitio: la “ola de calor africano” y la de sus gentes. Buenas gentes, honradas, trabajadoras, solidarias, alegres,… que huyen de la necesidad, de guerras,… que persiguen un sueño: un trabajo digno que les permita elegir su futuro.
Mientras, desde los países “presuntamente” desarrollados parece que estamos tratando con una plaga. Me refiero a la creciente presión sobre nuestras fronteras. Desde su lado y desde el nuestro. La carencia de lo más básico, los conflictos bélicos, el sueño de una vida mejor,… les empuja hacia nosotros y nuestra reacción es violenta, insolidaria y generadora de una espiral de sufrimiento que no va a impedir que lo sigan intentando una y otra vez. La inmensa mayoría no tiene vuelta atrás. Nada tenían salvo su dignidad y sienten que volver les haría perder incluso eso. Lo que persiguen es quizá sólo un sueño, pero es lo único que tienen. Eso, una voluntad de hierro y la seguridad de que jamás volverán derrotados. Morir o triunfar, esa es su alternativa. ¿Cual es la nuestra?
Desde la Fundación Alaine trabajamos en la generación de oportunidades para que esos viajes sin retorno sí tengan alternativa. Que puedan elegir. Que puedan continuar en su tierra junto a sus familias, porque tengan la posibilidad de un trabajo digno. Que su lugar de nacimiento no condicione su futuro. ¿Qué han hecho ellos para nacer allí? ¿Qué hemos hecho nosotros para nacer aquí? Por eso continuamos con la Campaña de Promoción de la mujer en Benín. Son muchas las que tienen que sacar adelante a sus familias sin un trabajo digno y dedicando más horas de las que tiene el día a economías de subsistencia. Os enlazamos el resumen de los proyectos planteados en 2015.
Por eso también redoblamos nuestros esfuerzos en Educación. Un camino lento pero seguro. Lo malo es que es demasiado lento,. Cada vez que abordo este tema, los ojos se me llenan de lágrimas de vergüenza y de rabia. Por esos cuerpos flotando, por esos sueños rotos, por esas familias deshechas,… pero sobre todo por nuestra insolidaridad. Por nuestra incapacidad para compartir. Por mirar para otro lado cuando se “defienden” cada vez con más violencia nuestras fronteras. Nos estamos endureciendo ante los problemas ajenos. Da igual que sean de aquí o de allí. Lo más preocupante es que estamos pasando de insolidarios a inhumanos. ¿Todo vale para defender nuestro estado de bienestar? ¿Qué hemos hecho nosotros para merecerlo? ¿Qué han hecho ellos para no merecerlo?
de acuerdo con el comentario , la educación cambiara el mundo . El egoismo de europa para sus vecinos es desesperante . Condenamos la gentes de África a una inseguridad terrible que nos llegara antes o después a nosotros .
Sorprende el pasotismo suicida de nuestras autoridades con la dedicación de la sociedad civil como son algunas fundaciones y ong , personas dispuestas a mejorar la vida de personas que están en la misma época que nosotros y que carecen de tantas cosas
He estado en kenia en el mes de marzo junto al lago turkana , viendo como viven aquellas gentes y ayudando a un futuro mejor financiando proyectos de educación . Africa es un viaje del que nunca se regresa ….
Conclusion .- fundamental , reconocer el papel de las mujeres que pueden ser el motor del cambio en esos paises , fundamental la educacion y medidas de apoyo que podria hacer fundacion y ong y fundamental Garantizar la libertad religiosa , la justicia y la seguridad y eso los deben hacer desde las autoridades de las sociedades occidentales pues en un mundo globalizado , lo que no hagamos hoy , nos pasara factura mañana