Educación en Kpari

Educar es,… ayudar para siempre. Si queremos crear oportunidades para los jóvenes allí donde no las hay, es necesario trabajar en educación y cuando queremos fomentar la escolarización de base es preciso trabajar también en promoción de la mujer. Es un binomio imbatible.

Los niños y sobre todo las niñas, van encantados a la escuela, si sus madres se lo pueden permitir, si tienen la posibilidad de liberarles de trabajos domésticos como la búsqueda del agua o de la leña e incluso, en muchas ocasiones, de trabajos más duros vendiendo por la calle con pequeñas bandejas.

Esta mañana nos toca educación y mañana cambiamos de sede. Quizá por eso la primera imagen que he captado esta mañana ha sido la de mi amigo Carlos revisando los niveles. Este año hemos podido disponer de un mejor coche. En el anterior viaje tuvimos más sustos de los convenientes y en esta ocasión llevamos un programa tan apretado que preferimos intentar evitar las “sorpresas – susto”

Hoy la mañana ha estado dedicada a la educación. Hemos visitado la escuela PAEFFE creada para escolarizar hasta el Graduado Escolar (CEP), a niños y niñas de 8 a 15 años procedentes de familias sin recursos y que no han ido nunca a la escuela. Les enseñan, además, otras actividades muy prácticas para la vida cotidiana en este entorno. Pero en primer lugar hemos ido a una escuela pre escolar comunitaria que las hermanas argentinas tienen en Kpari.

Aquí a las escuelas de pre escolar las llaman “escuelas bombón” y la verdad es que los alumnos están para comérselos. En Benin la escolarización en estas edades no es obligatoria, pero está más que demostrada la conveniencia de hacer determinados aprendizajes a la edad más temprana posible. Habitualmente los profesores de primaria en CI (Introductorio), suelen reconocer la enorme diferencia entre los alumnos que han acudido de forma regular a clase en pre escolar y los que no lo han hecho.

La visita ha sido una delicia. El profesor, muy comprometido con su tarea, es del agrado de todos. Padres, Hermanas, Alumnos,… y por supuesto también del nuestro

Hoy traíamos, además, regalos. Como comenté en la crónica del viernes, la Asociación contra el cáncer de mama de Bizkaia nos ha donado camisetas sobrantes de la última carrera. Muchas eran bastante pequeñas. Ideales para los “bombones” de esta escuela.

Tras la entrega de las “remeras” como les llaman las Hermanas argentinas a las camisetas y las primeras fotos, les hemos repartido unos pequeños paquetitos de galletas. ¡Una fiesta! que han celebrado muy formalitos en su patio de recreo.

Super elegantes con sus remeras, les hemos dejado seguir con su clase de hoy y hemos acudido a la Escuela PAEFFE

Allí ya nos esperaban agrupados todos los niveles y nos han obsequiado con algunos bailes de las distintas etnias y con las tradicionales representaciones. Hoy nos ha tocado el comercio de chicos y chicas para el trabajo en semi esclavitud y la resistencia en muchas familias a que las niñas acudan a la escuela. Representaciones de la realidad cercana vista por los chicos y chicas y muy adecuadas para la sensibilización en los entornos más tradicionales. Siempre con moraleja.

Después ha habido lugar para la entrega de las camisetas a los alumnos de la escuela PAEFFE. Hemos comenzado por los más menudos y acabado con los grandes. Todos encantados con su camiseta.

Finalizado el trabajo en la escuela y ya volviendo, la cocinera de los alumnos nos ha pedido si no habría una camiseta para ella. Que le gustaría tener una como los niños y que quería, además, una foto con nosotros. Afortunadamente la talla S, la mayor que traíamos, le ha quedado genial y se ha llevado su foto.

Ella nos ha acercado el “cucharón” con el que estaba revolviendo un ragú de igname con carne que estaba destinado a ser el menú del día para todos en la escuela. Con el gesto nos ha animado a probar pasando el dedo por el final del cucharón. Sería por la hora o por el olor que desprendía la marmita, que no nos hemos resistido. Estaba sencillamente espectacular. Me ha recordado al guiso de patatas con carne que hacían en casa cuando era chaval. Por cierto los igname eran de los que nos regalaron el día anterior en Proukakoubarou

Tras la comida y el posterior rato de descanso, hemos vuelto a Bongowerou. Las mujeres querían volver a hablar con nosotros y nosotros queríamos ver el terreno con tranquilidad.

Querían decirnos que preferían una perforación profunda con depósito elevado e instalación solar, frente a un pozo. Lamentablemente la mayor parte del terreno pasa algo más seis meses anegado de agua, como hemos podido comprobar en nuestro detenido paseo por el mismo. Eso hace menos rentable cualquier inversión y sobre todo cuánto más grande sea.

Ellas insisten en su petición, pero nosotros le vemos más inconvenientes que ventajas. Quizá la solución pueda ser hacer una pequeña presa que embalse y concentre el agua del terreno y que permita un mayor aprovechamiento temporal que justifique la inversión necesaria.

La verdad es que duele ver a unas mujeres tan animosas, titulares de un terreno donado por el municipio y que no encuentran una salida definitiva para su proyecto. Nos hemos repartido tareas con las Hermanas para intentar encontrar una solución que sea conveniente para todos.

De vuelta a Kpari, hemos parado para comprar cervezas para la cena de esta noche. La de la despedida. Nuestra estancia en Kpari llega a su fin ratificando nuestra opinión de años anteriores: un lugar muy acogedor desde el que se realiza un excelente trabajo en educación y promoción de la mujer.

Mañana día de viaje. Saldremos temprano por que el trayecto es largo y queremos parar en Guinagourou donde tenemos una petición de apoyo a un orfanato. Os lo contaremos.