Hace muy poco tiempo estábamos ante un año nuevo entero y verdadero y hoy, ya nos “hemos ventilado” el mes de enero.
En la Fundación Alaine, acabamos el año 2012 consiguiendo los fondos necesarios para mantener el volumen de financiación del año anterior. Esa es nuestra principal preocupación al comenzar cada año: estar a la altura de lo que necesitan nuestros beneficiarios. Eso y seguir mereciendo el apoyo de cada vez más gente solidaria.
A menudo, en nuestra actividad diaria, corremos el riesgo de caer en el error de creer que la financiación de los proyectos es lo más importante de nuestro quehacer, pero lo cierto es que es necesario conseguir más. Mucho más.
Desde nuestro punto de vista, es preciso trasladar de manera fiel, las situaciones que tratamos de paliar y cómo queremos hacerlo. Es conveniente conseguir que los receptores de nuestras demandas de fondos sean capaces, con nuestra información, de ponerse en situación. De tomar conciencia de que hay otras realidades. De que otras personas como nosotros, no tienen lo que tenemos nosotros, de que otros hombres, mujeres y niños no disfrutan de nuestros mismos derechos y de que eso es así simplemente porque han nacido en otro continente. Por que viven en paises que sirvieron en su día para apuntalar el desarrollo del norte y que en la actualidad se debaten entre la explotación de compañías multinacionales, la podredumbre de una corrupción sistemática, el azote del cambio climático y el castigo de unas cifras inhumanas de mortalidad infantil, acceso a la educación, pobreza extrema, …
Esa es nuestra “otra” gran responsabilidad. No sólo debemos conseguir los fondos necesarios para poder desarrollar los proyectos con los que seamos capaces de poner nuestro grano de arena para paliar esas situaciones, sino que además, debemos conseguirlo aportando una imagen fiel de la situación de los habitantes del norte de Benín y Togo. Con sus carencias, sus peculiaridades, su dignidad, … y con todo aquello que nos pueden aportar en cuestión de valores para superar nuestra particular crisis. Con su receta: compartir, compartir y compartir, disfrutando incluso de aquello que no tienen.
Para ello trataré de que este blog incorpore más cuestiones de esa índole y no solo peticiones de fondos para nuevos proyectos. Es una cuestión de justicia y no de caridad.