Comienza un nuevo año y con él se abre nuestra lista de deseos y objetivos.
Pero por formación personal, antes de hablar de objetivo, considero que es necesario hacer un balance del año anterior. Y pienso que debo hacerlo huyendo de “lugares comunes” con los que nos bombardean sistemáticamente los medios de comunicación. No voy a hablar del famoseo ni de política. Por tanto, este articulo puede que resulte de poco interés. Avisado estás.
Para nosotros en la Fundación Alaine, 2021 no ha sido un mal año desde el punto de vista de la confianza de nuestros Donantes o del trabajo de nuestras contra partes. Los ingresos por donaciones han superado los 550.000 €. Más del 20% de incremento sobre el 2020, pero más importante: la financiación de proyectos ha superado el medio millón de euros, con un incremento del 15,8% sobre el año anterior.

Como cada año la financiación de proyectos se ha repartido de acuerdo a lo presupuestado.
En concreto en educación se ha invertido el 50,2% y el resto se ha repartido entre los proyectos de salud materno-infantil (25,1%) y los proyectos de promoción de la mujer (24,7%).
Esa es la proporción que hemos elegido, la que venimos contando sistemáticamente a nuestros Socios y Colaboradores y la que seguiremos utilizando mientras la experiencia sobre el terreno, no nos recomiende otra cosa.
Hasta la fecha, los proyectos se están financiando en el norte de Benin y en el norte de Togo. Con cifras de 2021, el 95,6% de la financiación de proyectos ha recaído en el norte de Benin y el 4,4%restante en el norte de Togo.
Por lo demás, 2021 ha seguido manteniendo muchas de las constantes de los años anteriores. Junto con 2020 nos ha seguido privando de muchas de las personas habituales y queridas de nuestros entornos. En la Fundación Alaine hemos perdido a dos fundadoras. Dos abuelas de Alaine. Una por el covid, la otra no, pero ambas merecerán sendos proyectos en su memoria. Alaine no querría otra cosa.
En 2021 hemos seguido con el injusto reparto de las cosas. Da igual de lo que hablemos, pero si es bueno será para los países desarrollados y si no lo es trataremos de librarnos de ello y endosarlo a los menos desarrollados. Eso es lo que está pasando con las vacunas. Parece que no somos conscientes de que el mundo es cada vez más global e intercomunicado y que no estaremos a salvo de un virus como este, hasta que no lo estemos todos,… pero ¡todos todos!. Hasta entonces le seguiremos echando la culpa de los contagios a los no vacunados, sin ser conscientes de que una gran parte de la población mundial, no tiene acceso a la vacuna.
Mientras tanto, el hambre o la malaria siguen causando más muertes en nuestra zona de trabajo del norte de Benin y de Togo, que el covid-19. Por eso nuestros proyectos en 2022 seguirán la senda de sus predecesores. Educación, salud materno infantil y promoción de la mujer. Otra cuestión que permanecerá invariable es que seguiremos necesitando tu apoyo.
Eso sí, en 2022 tendremos una novedad: financiaremos nuestro primer proyecto en Niger. Ya te lo contaremos
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