Acogida en el Borgou

Dentro de las líneas de trabajo de la Fundación Alaine, la acogida vinculada a la educación es una de las prioritarias. Chicas y chicos de la calle que pueden recuperar una vida normal con el futuro a su disposición, es uno de nuestros objetivos.

Alaine quería que todos lo niños y niñas del mundo pudieran elegir. Por eso estamos aquí y por eso financiamos proyectos como los de Sirarou y Ouenou

Sirarou y Ouennou se encuentran en la región de Borgou a poca distancia física de Parakou, pero con una enorme diferencia desde el punto de vista del desarrollo. Son localidades eminentemente rurales pero afectadas por la cercanía del “gudron”, el asfalto, la ruta que sube desde el sur y que concentra una gran parte del tráfico de camiones. Eso genera posibilidades de comercio de todo tipo, pero a la vez trae otros problemas de dependencia y “tráfico” con mujeres.

Ese tráfico de camiones supone para nosotros, además, un cierto indicador de desarrollo. Desde nuestro primer viaje en 2008, pudimos observar que cuando los camiones se averiaban en ruta, señalizaban su posición y su condición de averiados, con unas cuantas ramas coartadas por los alrededores. Eso avisaba de que ibas a encontrar un camión averiado y el verdor o lo seco de las hojas añadía una cierta información sobre el tiempo que llevaba allí.

En este viaje de 2022 hemos podido ver que muchos de los camiones que se quedan averiados en la ruta, señalizan ya su posición con un triángulo como los que “todavía” se usan en lugares como España. La llegada de ese avance contrasta con el hecho de que nosotros ya estamos cambiando a un nuevo sistema. ¿Quizá queremos mantener las diferencias?

Pronto hemos abandonado el asfalto y hemos entrado en la zona rural. El cambio de ruta y de paisaje nos ha ayudado a reencontrarnos con nuestro trabajo. En este caso, proyectos de acogida, educación y promoción de la mujer.

En primer lugar, hemos visitado Ouennou y en concreto el centro de acogida para chicos con escuela de soldadura y las futuras huertas para mujeres.

Taller de soldadura de Ouennou

En Ouennou me ha surgido una reflexión al hilo de la cooperación al desarrollo y de las diferencias entre una cooperación comprometida y otra sujeta a avatares políticos, financieros,… y a la falta de compromiso real con los países menos desarrollados. A eso se ha unido que hoy he conocido que se ha aprobado en nuestro país la obligatoriedad por ley de aportar el 0,7% a ayuda humanitaria ¡a partir de 2030! Cuando es un compromiso adquirido internacionalmente hace ya más de 50 años (leer más)

En Ouennou tenemos proyectos iniciados por gobiernos autonómicos de nuestro país que han quedado inconclusos por motivaciones económicas achacadas a las sucesivas crisis sufridas en nuestro país,… como si no las hubieran pasado también en lugares como Benin. Proyectos que estamos llevando adelante desde la Fundación ALAINE, superando nuestra pequeñez con nuestro compromiso,… y con vuestra ayuda.

En Ouennou tenemos también la inversión de una empresa comprometida como es La Rioja Alta, SA cuya convocatoria anual de “ Viña Ardanza Solidario” ha merecido premios de renombre y que lleva años aportando al menos el 1% de sus beneficios a proyectos de cooperación al desarrollo en entornos en los que no se beben sus vinos. Nos han financiado ya huertas para mujeres en Bougou, Pelebina, Banikoara, Sirarou y ahora Ouennou. Hoy hemos estado avanzando en un proyecto que cambiará la vida de muchas mujeres y de sus familias,… sobre todo de sus hijas.

Desde Ouennou hemos vuelto hasta Sirarou. Allí tenemos un centro de acogida y formación en costura y peluquería para chicas de la calle. A esa formación se añaden conocimientos de cocina, agricultura, cuidado de una pequeña granja,… todo para tratar de garantizar la emancipación completa de las chicas en “su segunda oportunidad”

En Sirarou también tenemos unas huertas para mujeres que hemos podido visitar mientras atardecía y disfrutábamos de esa luz tan especial. Es el momento de regar para que la humedad del suelo dure y el aplastante sol de estas latitudes no destruya el trabajo de las mujeres en una época en la que todavía el “harmattan” (viento frío procedente del desierto) perjudica de forma notable el resultado de las huertas.

En Sirarou, nuestra contra parte, la Fundación Vie por Tous, tiene también una escuela de primaria y un instituto de secundaria. Hemos charlado con los chicos y chicas que allí acuden y nos han obsequiado con unas estupenda representación sobre la corrupción, en la que lógicamente han ganado los buenos y los corruptos han acabado presos. Ojalá fuera así siempre.

En Sirarou también tenemos un proyecto de piscicultura, que nos ha dado muy buenos resultados para mejorar la alimentación en los diversos internados que apoyamos. Hoy hemos podido disfrutar en el almuerzo, del trabajo de dos de las beneficiarias de nuestras becas, en este caso en hostelería, con producto fresco de la piscicultura.

Lamentablemente el proyecto de piscicultura necesita un empujón. En este momento se enfrenta a una rotura de la cadena de suministro en la parte más frágil: es muy difícil conseguir los alevines para asegurar posteriormente su crecimiento y su engorde. Algo que ha sido parcialmente motivado por el cierre de la frontera con Nigeria debido a la pandemia. Eso nos impide generar un suministro estable y aprovechar del todo la infraestructura creada. Conscientes del problema, en el momento de escribir esta crónica, están manteniendo una reunión para tratar de recuperar el suministro en colaboración con, entre otros, profesores de la universidad de Parakou.

Hoy ha sido un día intenso de proyectos de acogida y educación, de promoción de la mujer. Un día en el que también hemos podido ver nuevas oportunidades que será necesario explorar a fondo en busca de su potencial viabilidad y a partir de ahí, de vuestro apoyo.

Mañana visitaremos Kobrikoto y proyectos de educación primaria y secundaria en Parakou. Os lo contaremos.

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