Promoción y salud

Hoy, por fin llegamos a Tchalinga, en la provincia de Ouake, en la región de la Donga junto a la frontera con Togo.

Se trata de otro de esos lugares en los que pretendemos llevar el desarrollo de nuestras líneas de trabajo al completo, como en Kalalé, Bougou, Banikoara, Kerou,… En este caso coincidiendo con la cesión del terreno, ya tenemos el edificio para una maternidad con dispensario pediátrico, unas huertas para mujeres y las obras de un centro nutricional con laboratorio y farmacia.

Maternidad y centro nutricional de Tchalinga

Cuando Tchalinga esté terminado, tendremos ya, al menos, uno de estos centros de desarrollo en cada una de las 4 regiones del norte, con la salvedad de que en el Borgou está repartido en varias poblaciones, Banikoara es el complejo del Alibori y Kerou el de la Atakora. Cuentan con proyectos de promoción de la mujer, salud materno infantil y educación. Eso quizá pueda ser también una realidad, algún día, en Tchalinga.

Cuando hemos llegado a Tchalinga, apenas había mujeres en las huertas. Parece ser que los lunes y los jueves son días de mercado y contra eso no se puede competir. Nos esperaban el rey, el delegado, el jefe de la tierra y varios de los otros notables que son asesores del rey, miembros del consejo de sabios local.

La infraestructura de las huertas está perfectamente terminada y las mujeres están reiniciando la actividad anual tras acabar de recoger la cosecha. Esa es la eterna pelea en todas las huertas que promovemos. Las mujeres deben ir a trabajar al campo del marIdo durante la estación de lluvias, deben ayudarle en la cosecha y como resultado de eso, ellas dejan las huertas en un segundo plano. Y este año parece que las lluvias se han retrasado y eso ha retrasado también a las huertas.

Aun así, ya comienzan a resplandecer y las mujeres que no han ido al mercado, se afanaban regando sus planchas. Esa es la diferencia fundamental: el agua. En las huertas para mujeres de la fundación ALAINE, el agua está “a pie de obra”. Se trata de facilitar el trabajo a las mujeres.

Por ello, hoy hemos focalizado el esfuerzo en los hombres, intentando convencerles de las ventajas de las huertas y de su compatibilidad con el resto de actividades agrícolas o pecuarias.

De cara a animar la actividad de las huertas y conociendo que mañana hay una reunión alrededor de la actividad con los anacardos, hemos sugerido que participen las mujeres en una reunión que sabemos exclusiva de los hombres. El rey ha respondido rápido: “las mujeres no tienen árboles de anacardos“. Tampoco hemos tardado en responder: “lo sabemos, pero también sabemos que son ellas las que los recogen”

Mujer cogiendo agua en los depósitos de las huertas, con la maternidad al fondo

Finalmente mañana las mujeres estarán en la reunión, aunque no será hasta que acaben los hombres con los anacardos, que se inicie la reunión sobre las huertas. El asunto es que estarán todos y eso es lo que hace falta. La voluntad de todos para que las huertas cobren el mayor dinamismo que sea posible. De ello depende la mejor nutrición familiar y que los hijos y sobre todo las hijas puedan ir a la escuela. En todos los proyectos de este tipo, el arranque es lo más difícil.

Las huertas de Tchalinga también tienen su pequeña historia. Son el resultado de un donativo en memoria de dos buenas personas, tíos de unos buenos amigos de la Fundación Alaine. Juan y Maruja, decidieron que el recuerdo de sus tíos quedara vinculado a la mejora en el desarrollo personal y colectivo de Tchalinga y para ello decidieron financiar dos proyectos de promoción de la mujer. Las huertas y las micro finanzas para las mujeres de Tchalinga.

En todo caso tanto desde la Fundación Vie pour Tous como desde la Fundación Alaine, hemos decidido continuar con la presión realizada hoy. Mañana un representante de la Fundación Vie pour Tous asistirá a la reunión con las mujeres, el sábado 12 hemos convocado otra reunión con las mujeres para animación del trabajo en las huertas. A ella asistirá el P. Theodore y el miércoles 16 volveremos nosotros para asegurar que la inercia sea la correcta y que las mujeres reciban el apoyo de toda la comunidad para poder realizar su trabajo en las huertas. Un trabajo que, en definitiva también va a beneficiar a todos.

Tras el acuerdo y después de concretar el programa, nos han invitado a una cerveza.

También hemos visitado las obras del centro nutricional y del laboratorio, ambas infraestructuras financiadas por la Fundació ORDESA como resultado de su programa de ayudas de este último año. Recibimos en diciembre pasado el 50% de los fondos y el resultado de las obras es el que se puede ver en las fotos

Futuro centro nutricional y laboratorio de Tchalinga
Visita de las obras
Edificio de la derecha ya terminado es la maternidad con dispensario pediátrico. A la izquierda, en obras, el centro nutricional y el laboratorio.
Wc y duchas del futuro centro sanitario.

Las huertas tienen su entrada junto a la pista de acceso a Tchalinga y ocupan un poco más de una hectárea (100 m x 110m). El centro sanitario quedará tras la huerta. Esa visibilidad de las huertas deberá ser un factor adicional para que las mujeres puedan generar ingresos con la venta de sus productos frescos y no solo beneficiarse del autoconsumo.

El agua se ha obtenido Gracias a una perforación profunda financiada dentro del proyecto de las huertas, aunque también dará suministro al centro sanitario. Desde allí se suministra agua a tres depósitos más pequeños de los que cogen el agua las mujeres. Un sistema que ya tenemos probado con éxito, en otro proyectos similares.

De cara a apoyar a las mujeres, se ha previsto también la financiación de los aperos necesarios para facilitar su tarea.

Una vez terminado el trabajo, hemos vuelto a Djougou y para las 16:30 horas ya estábamos en Chez Emma

Hoy hemos repetido por calidad de la comida, rapidez y precio, aunque las cervezas no estaban muy frías.

28,50€ la comida y bebida de 7 personas, en una capital como Djougou. Eso si, sin impuestos.

Estos días estamos compartiendo las visitas de Biro, Kandi, Banikoara, Kerou y Tchalinga con personas del equipo de la Fundación Vie pour Tous, que llevan la Toyota verde que usamos nosotros en nuestra visita de 2020. Entonces ya tenia 30 años de brega por las pistas del norte de Benin. Nos ha sorprendido ver que un arreglo provisional que improvisamos entonces, aún sigue siendo útil ¡2 años después!

Las dos siguientes fotos son de 2020. Algunos las recordaréis,…

La siguiente es de hace un rato,…

La batería no es la misma, el cartón ha cambiado de sitio, pero la chancla tiene toda la pinta de ser la misma, aunque un pelín fosilizada. Si funciona ¿por qué arreglarlo?

Por cierto, mañana nos vamos a Yaoura y pasaremos por el mismo sitio donde sacamos las fotos de las “tripas” de la Toyota con la chancla como reparación de urgencia, tal día como hoy, 7 de febrero de hace dos años. En el enlace de unos pocos párrafos más arriba, tenéis la crónica de aquel día. Me quejaba de la cobertura y por lo que sabemos, sigue siendo muy mala. Así que mañana, trataremos de contarlo.

 

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