Ya falta poco para que la Fundación Alaine cumpla sus tres primeros años de trabajo efectivo desde que a finales de octubre de 2007 propusiéramos a nuestros Contactos iniciar esta andadura solidaria. Están siendo meses de mucho trabajo y también de muchas alegrías. De nuevos amigos y de re encuentro con muchos de los antiguos, pero desde otro punto de vista.
Hoy me acuerdo de todo ello – sobre todo – porque una de las personas con la que hemos trabajado y aprendido mucho se acaba de volver a instalar donde a él más le gusta estar: entre los más necesitados. Estos días, Père Marcos se ha vuelto al Benin.
Con él abordamos nuestro primer proyecto: la Escuela de Educación Primaria de Kalalé. Luego vinieron muchos más. Con él comencé a descubrir África y a algunas de sus gentes, su capacidad de vivir mucho con muy poco,… su espontaneidad,… su alegría. Con él he tenido el privilegio de conocer a otros muchos como él: Michèl Loirè, Satur, Paul, L’Hostis, Patrick, Isidro (Nikki), Joaquín, Luis Ángel, Paco, Isidro (Boukka), …
Con él he realizado todos mis viajes al Benin. El próximo no será así. El próximo viaje él me esperará allí. Supongo que con el paso del tiempo, buenos maestros de los que aprender y un poquito de experiencia, se va aprendiendo, madurando,… y eso no será un problema.
Según ha llegado ya se ha acordado de nosotros. Este año no podré viajar al Benin. Se me va a hacer muy largo esperar hasta enero de 2011, pero es mejor así. La pena era que eso nos dejaba con poco stock de artesanía beninesa para nuestro Mercadillo de Navidad (Del 17 al 19 de diciembre). Siempre la traía en las maletas de vuelta, vacías ya de las cosas que llevaba para los niños y niñas de las Escuelas que habíamos financiado. Marcos lo ha arreglado. Ya tenemos en camino una buena partida de batics y otros productos de la alegre artesanía del Benin.
¡¡Muchas gracias Marcos!!
A eso le añadiremos que nuestras amigas voluntarias ya han vuelto de Guatemala. Se han traído un buen lote de artesanía patzunera. Este año vamos a arrasar. Muchas gracias también a Virginia y a María. Han vuelto encantadas y con ganas de más. Allí también se han quedado con ganas de más.