Igbere

29 de enero de 2024. Nos vamos a Igbere.

Hoy nos toca una jornada tipo maratón. El año pasado nuestra visita a Igbere no fue demasiado eficiente. Dedicamos demasiado tiempo para pocos proyectos y este año hemos decidido ir y volver en el día desde Bougou. Según Google Maps, poco más de una hora y media para ir y otra hora y media para volver.

Al final hemos tardado algo más. Hemos mejorado los tiempos de Google en el asfalto desde Bougou hasta Manigri y ese tiempo lo hemos perdido en el tramo de pista desde Manigri hasta Igbere

Al llegar a Igbere, ya nos estaban esperando en la carretera junto a la maternidad. Hemos saludado a las autoridades locales y hemos visitado las instalaciones. Ya las conocíamos, pero hoy nos ha sorprendido que las han mejorado bastante dentro de sus posibilidades. Han añadido placas solares y neveras para las vacunas. Han sacado las motos de la sala de hospitalización y les han hecho un pequeño chamizo,…

Nos han pedido que les ayudemos con un nuevo edificio para poder separar la maternidad del dispensario y con una palloza que les permita reunir a las mamás para la sensibilización y atenderlas en jornadas de vacunación como la de hoy

Desde allí, y tras un breve paso por la misión, donde hemos saludado a las chicas del Internado, hemos acudido al instituto de secundaria donde teníamos que inaugurar su nueva y flamante biblioteca.

Conocimos este instituto en 2014, cuando solo tenían un pequeño edificio de barro y estaban haciendo otro pequeño de un aula, pero ya en cemento. Esto fue lo que nos encontramos entonces:

A la vista de su fuerte voluntad de escolarizar a sus hijos e hijas, decidimos ayudarles con un edificio de tres aulas, del que hoy están orgullosos

En nuestra visita del año pasado, vimos que la asociación de padres de alumnos, junto con un animoso grupo de personas nacidas en Igbère y que viven fuera, estaban financiando un pequeño edificio como “bloque administrativo” Esa determinación para mejorar el centro, nos animó a financiar junto a ellos una biblioteca

En los discursos, además de contarles nuestra pequeña historia, les hemos animado a continuar por este camino. Por su parte, ellos nos han pedido que añadamos a la biblioteca el equipamiento eléctrico necesario y algunos ordenadores. A la zona no llega la corriente eléctrica por lo qué es necesario pensar en energía solar.

La siguiente parada ha sido la visita al internado de chicas ALAINE de Igbere. En 2023 les hemos ampliado las duchas. Nos han recibido con canciones en español, expresando su cariño por Alaine. También nos han obsequiado con bailes tradicionales.

A continuación, hemos acudido a la misión a comer y tras una pequeña sobremesa y un descanso de unos 15 minutos vuelta a la carretera. Esta vez andando para visitar la escuela de primaria.

Pese a que estamos bastante acostumbrados, nos ha sorprendido el enorme número de alumnos que nos han recibido. Llegados a los discursos hemos sabido que los inscritos son 508 por lo que según las normas locales deberían desdoblar la escuela en dos grupos el A y el B, pero no tienen aulas suficientes para hacerlo.

Tras hacer una visita a todos los alumnos y recorrer todas las aulas disponibles, nos hemos visto obligados a decirles que los edificios estaban claramente faltos de mantenimiento. Que cada año es preciso efectuar mejoras o al menos arreglar aquello que se va rompiendo o desgastando demasiado, porque de lo contrario los edificios acabarán cayéndose y la solución, al menos con nosotros, no es pedir un edificio nuevo. En las condiciones actuales creemos que primero deben arreglar los que tienen y luego ya hablaremos.

Por último, hemos visitado un poblado a unos pocos kilómetros de Igbere. Se llama a Kakado y no tienen agua potable.

Estábamos ya con la hora recomendable para salir y poder llegar con luz diurna, algo superada y hemos tenido que decirles que será el párroco de Igbere quien visite el riachuelo donde ahora van a coger el agua y cense la población, para poder valorar su necesidad frente a la de otras peticiones de suministro de agua potable que ya tenemos.

A las 17:15 nos hemos puesto en marcha de vuelta a Bougou, donde hemos llegado casi a las 19:00 de la tarde

Esta noche después de la cena, hemos tenido trabajo. Un encuentro con los estudiantes de las becas universitarias y con los aspirantes a ellas, que cada día vienen a estudiar al centro Alaine. También han venido los profesores que colaboran en las clases de refuerzo y algunos padres que querían agradecer la ayuda.

Los estudiantes nos pedían mayor dotación de documentos para la biblioteca del centro Alaine. También demandaban si pudiera ser que se aumentaran el número de becas.

Un día intenso en lo físico y en lo emocional. Estamos cansados pero contentos

Mañana inauguración de la escuela de Djerauga y visita a Bondjougou. Os lo contaremos

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