Hoy, comenzamos en Kalale

1 de febrero de 2024. Nos vamos a Kalale hasta el domingo.

La ruta desde Nikki hasta Kalale suele ser una de las peores que nos encontramos en el norte de Benin. Afortunadamente, este año no ha sido así. Hemos podido llegar a Kalale en menos de dos horas.

A nuestra llegada, la clásica bienvenida con el agua y enseguida nos hemos acomodado en la misión para estos próximos días

También hemos visitado la piscicultura que financiamos en Kalale

En primer lugar, nos hemos tenido que presentar al nuevo equipo de Kalale. Tanto el párroco, como su segundo son nuevos. Pertenecen a la sociedad de misiones africanas, pero no habíamos trabajado nunca juntos.

Para la fundación Alaine es muy importante trabajar con Misioneros que sean de órdenes religiosas con marcado carácter. Estamos acostumbrados a los cambios y nos gusta ver que el nuevo que llega tiene los mismos principios, valores y objetivos que el que ha marchado. Eso nos pasa con la sociedad de misiones africanas, con los salesianos, con las Terciarias Capuchinas,… para nosotros es una garantía de continuidad.

Pese a todo eso, este año en Kalale es una especie de reinicio, pero hemos comenzado poniéndonos rápidamente al día en una reunión de revisión de las propuestas recibidas en la misión. El resumen resulta un poco abrumador: seis edificios de aulas para primaria o secundaria, tres perforaciones para suministro de agua y otras peticiones varias, de índole diversa

Tras la comida y un breve descanso, nos hemos puesto rápidamente en marcha. El domingo por la mañana nos vamos a Bouka y no hay tiempo que perder.

Hemos comenzado por visitar el instituto de secundaria número dos de Kalale. Es una visita recurrente. Llevamos años haciéndole un seguimiento. Necesitan un edificio de aulas.

A estas alturas ya conocemos a su director, que es, además, el presidente de la comunidad cristiana local. Le hemos dicho que sería conveniente que la asociación de padres de alumnos haga un esfuerzo suplementario al habitual si quieren asegurar el apoyo de la Fundacion Alaine para su demanda de tres aulas más. Han prometido visitarnos mañana por la tarde, esperemos que con una propuesta concreta.

Desde allí nos hemos ido a la escuela de primaria de Kalale Cartier, o como dicen ellos al “complejo escolar”. En la actualidad cuentan con dos grupos A y B y un total estremecedor de más de 900 alumnos. Hace unos 10 años les financiamos un edificio de tres aulas.

Hemos visitado algunas de sus aulas y hemos podido ver más de 100 alumnos en varias de ellas. En esas condiciones es absolutamente imposible impartir una educación de calidad. Hemos felicitado a las maestras por su coraje y por su dedicación y les hemos prometido ver qué se podía hacer.

También les hemos dicho a los directores de A y de B, que el mantenimiento de los cuatro edificios que tienen es mejorable y que aunque les falten muchas aulas, ellos pueden ayudar a que las que tienen, estén mejor

También hemos acudido a la periferia de Kalale. Cada año vemos que Kalale crece y crece y crece. Una de las zonas más alejadas del centro, carece de agua potable y solicitan una perforación para el suministro de agua.

Por último, y ya como cierre de la jornada, hemos acudido a un Restau que, uno de nuestros colaboradores habituales en Kalale, ha abierto. Se trata de Zacharie, el aparejador que coordina nuestras obras hasta la fecha.

Mañana nos vamos a Nassikonzi, Lou y Dangacy, por la mañana y a Peonga por la tarde. Será una jornada de educación. Os lo contaremos

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