A primera hora del martes salimos de Bougou camino de Igbere. La última sede de nuestra estancia de este año en el norte de Benin y de Togo. Hoy ya estamos de camino a a Cotonou. Durante este par de días hemos tenido muy poca cobertura. Impensable “cargar” una crónica con fotos. Apenas unos cuantos WhatsApp que escribías a una hora y salían varias horas después.
La distancia desde Bougou hasta Igbere no es mucha y más o menos “mitad y mitad” entre el asfalto y la pista de tierra.

En Bassila, antes de desviarnos hacia Manigri, hemos parado en el centro de salud para saludar a Florence, una de esas chicas que nos quieren un montón y con las que mantenemos un cierto contacto por whatsApp a lo largo del año.
Está trabajando en el Centro de Salud de Bassila. En la pediatría. Es enfermera y le gusta su trabajo, pero se queja de los sueldos y de la carestía de la vida en una población grande como Bassila que es capital de provincia.

Desde allí hasta Manigri la ruta sigue sobre asfalto. Esta localidad cuenta con bastantes “casoplones” que destacan sobre el entorno general típico del norte de Benin. Esa parte de la población además de dinero debe tener muchas influencias porque han asfaltado el acceso desde la carretera nacional. Algo que no hemos visto en ningún otro lugar ni siquiera en algunas rutas internacionales de conexión con Togo o Nigeria.

Pasado Manigri, comienza la brousse. La pista se complica. Hemos pasado por Modogui, que visitamos con Cáritas y hemos llegado a Igbere, donde nos esperaba la Directora del Internado para chicas Alaine”, que además es profesora de español y de francés, en el Instituto local y de español en el instituto de Wanou
En la acogida, han participado las chicas del internado dándonos la bienvenida en español.


Tras instalarnos y comer, hemos podido hacer la última entrega de este año de las camisetas y mochilas de ACAMBI, a las chicas del Internado.

Después y pese a estar alumnos y profesores de vacaciones, nos han acogido en el CEG. El centro de enseñanza general en el que se imparten los 4 cursos del primer ciclo de la secundaria. Nuestra ESO.

Entre 2014 y 2015, les financiamos un edificio de tres aulas que a la fecha presenta un estupendo aspecto. Cuando llegamos el 14 de marzo de 2014, nos encontramos con un apatam de barro y un pequeño edificio sin terminar, ambos realizados con el apoyo de los padres de alumnos.



Nos gusta trabajar con gente que afronta los problemas y que comienza a trabajar en vez de sentarse a esperar la ayuda. Así les encontramos en 2014 y así les hemos encontrado en esta ocasión. Han hecho un paréntesis en sus vacaciones para acogernos y contarnos sus “doleances”, pero no han estado inactivos.

Los padres de alumnos están financiando el bloque administrativo, con la sala de profesores, despacho, biblioteca,… pero todavía les faltan muchas cosas. Libros, aulas,…

Tienen 145 alumnos en los cuatro cursos y esperan un incremento por cómo va la escuela de primaria en sus últimos cursos. En el último examen estatal tuvieron un 60% de éxito. Para las condiciones del centro nos parece un exitazo.
Ya conocen cómo trabajamos y les hemos visitado al final de nuestro viaje. Tendrán que esperar menos para tener una respuesta.
Ayer miércoles fue un día intenso. Miércoles de ceniza en Igbere.

Comenzamos por la maternidad. El año pasado financiamos una perforación gracias a un muy buen amigo de la Fundación. Va muy bien y es un excelente recurso tanto para la población, como para la maternidad, su paritorio y sus usuarias.



Después hemos visitado a las chicas del internado Alaine. El año pasado les financiamos una sala de estudio con iluminación solar. Este año hemos podido ver la utilidad de la medida a la vez que comprobado que el internado está muy bien llevado. Las chicas son las primeras de sus respectivos cursos. Aisha es, además, la nota más alta de toda la región.

Ahora es necesario que seamos capaces de que las chicas puedan continuar con el segundo ciclo en Manigri. Las cosas parece que están bien orientadas. Pronto os lo contaremos.


Por la tarde, vuelta a la moto. Hemos ido a visitar Okoutakpakou, a unos 6 km de Igbere. Necesitan agua. Han realizado ya varios intentos para tener un pozo y se han encontrado en cada uno de ellos con piedra. Parece que la única solución es una perforación con barrena.

La población vive muy dispersa y está compuesta fundamentalmente por dos etnias. Los cavié, procedentes de Togo y los peulh. La relación no es buena y parece que empeora por la falta de agua.

Por la noche tuvimos lo que aquí llaman “soirée recreative” con las chicas del internado como protagonistas.


Y hoy, jueves, ya estamos de camino a Cotonou, donde parece que nos esperan lluvias. Al llegar al asfalto, hemos recuperado la cobertura y hemos podido resumir el par de días que hemos pasado en Igbere.

Mañana viernes a las 20:00 horas está previsto que salga nuestro vuelo de vuelta. Ya os contaremos.