Me vuelvo a Benin

Cuando uno envejece en la vida, notas que te quitan cosas, que te van faltando cosas,… Es parte de la vida. Pero eso, sólo lo aprendes cuando comienzas a perder alguna de esas cosas. Descubres que la vida está hecha de la suma de muchas de esas pequeñas cosas. Una cuestión de pulgadas que diría Al Pacino en “Un domingo cualquiera”.

Normalmente esas cosas están a nuestro alrededor y estamos acostumbrados a ellas. Las valoramos más o menos en función de su mayor o menor abundancia o porque podamos pensar que siempre van a estar ahí,… o no. Pero a menudo sólo somos conscientes de su importancia para nosotros,… cuando las echamos de menos.

benin-1-167.jpgHoy me ha venido a la cabeza esa película y sobre todo esa reflexión. Hoy, cuando me he planteado contaros que me iba a Benin, me he acordado de la diferencia de necesidades viviendo en un mundo o en otro. De la diferencia de “cosas” que necesitamos a nuestro alrededor en un mundo o en otro.

Me voy a perder cosas que en condiciones normales pueden parecer imprescindibles. La final de Copa,… ¡Atlheeeeeeeeeeetiiic!,… el Master 1000 de Madrid,… ¡Vamos Rafa!,… y algunas otras menos notorias y más
personales. El año que viene, intentaré que mi chica y mi hijo se vengan conmigo. Él ya estará en la Uni y ella ya no tendrá que quedarse de “soporte”

Cuando volví de Benin el año pasado quise transmitiros mi percepción de que había estado conviviendo con personas que eran capaces de vivir mucho con muy poco. Esa es probablemente una fórmula idónea para tiempos de crisis, siempre que estés en el mundo correcto. Siempre que no eches de menos cosas que no estén a tu alcance.

Ahora cuando estoy preparando todo para irme, estoy haciendo unas maletas muy distintas de las que hice hace un año. Sé que la mayoría de las cosas que necesitaría para un viaje por nuestro mundo, allí me serán absolutamente inútiles. En cambio. sé que algunas pequeñas cosas que nosotros infravaloramos pueden ser enormemente estimadas por aquellos a los que voy a visitar.

Llevo balones. de fútbol para los chicos y de voley para las chicas. Voladores para los pequeños,… caramelos, camisetas,… Unas de BBVA y otras proporcionadas por unos buenos amigos que han percibido que iban a ser más apreciadas allí que aquí,… Con ello conseguimos además dos equipaciones distintas para que dos equipos distintos, puedan colocarse a cada lado de los balones. Un lujo que los chicos y chicas que estudian en nuestras escuelas de Kalalé, Bouka y Weé weé sabrán apreciar.

Por eso, y porque me acuerdo de mi experiencia en la zona, sé que para mi este próximo domingo, no va a ser “un domingo cualquiera”. Es un domingo muy especial. A las 7,05 de la mañana me vuelvo a Benin. Como el año pasado vía París y Cotonou. Como el año pasado voy acompañado. Esta vez vamos tres. el misionero SMA Marcos Delgado, nuestro compañero prejubilado del BBVA Pepe Oliver y yo. Como el año pasado, cada uno se paga su viaje.

A finales de mayo estaremos (D.m.), de vuelta. Os lo contaré. Traeré fotos de las escuelas terminadas, de las obras en marcha,… y sin lugar a dudas me volveré con proyectos nuevos. Esos, también os los contaré.

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