La alegria del agua

Estamos visitando muchos poblados de la zona de Yaoura. Una zona de maleza de la provincia de Copargo, al norte de Djougou y en mitad de la nada.

La principal diferencia entre ellos es si tienen agua potable o no.

Muchas veces hemos argumentado sobre el agua como punto de partida en el desarrollo. Sin ella, la salud empeora, sobre todo en los más vulnerables, los más pequeños. Sin ella la mayor parte del día la dedican las mujeres a recoger la leña y buscar el agua. Súmale moler el grano, preparar la comida del día,… y les faltan horas de luz para hacerlo todo.

Cuando tienen agua, además de mejorar la salud, tienen tiempo para realizar actividades que les permiten generar ingresos. Hacen galletas, shukutu, trabajan en las huertas,… y además del autoconsumo, acuden al mercado para vender sus productos de la huerta o de su cocina. Con eso comienzan a poder enviar a sus hijos y sobre todo a sus hijas a la escuela cada día. Algo que en esta zona parece que es más difícil que en otras.

Alambique para destilar licor partiendo del shukutu

En el norte de Benin y sobre todo en las zonas rurales más empobrecidas como ésta, existe algo que llaman “exodo”. Algo que afecta fundamentalmente a los más jóvenes y que supone abandonar la escuela e ir a trabajar a Nigeria, mucho antes de acabar los estudios de primaria

Ese éxodo a veces es voluntario en los jóvenes que van a conseguir su moto en Nigeria a base de trabajar muchas horas con la energía extra aportada por sustancias que les proporcionan sus patrones. Cuando vuelven con su moto y un paquete de “tol”, la chapa para el tejado de su casa, ya no son los mismos. No solo han abandonado sus estudios sino que ya tienen unas “dependencias” que les comerán cuantos ingresos puedan conseguir. En las chicas ese viaje de vuelta suele ser, además, embarazadas y con VIH.

En cuanto a los niños y niñas de primaria, ese éxodo no suele ser voluntario sino que se les “vende” a intermediarios que les entregarán a familias que someterán a los críos a jornadas maratonianas de servicio doméstico o algo peor sin ninguna contraprestación salvo una ración de comida.

En los últimos años están controlando más las fronteras, pero hay muchos kilómetros de maleza, sin ningún control. Es una lacra que hay que combatir.

Y para ello hay que comenzar en muchos poblados por el agua. Hoy hemos visitado Koperou y Gnarankamaga por la mañana y Sefwore II por la tarde.

En Gnarankamaga hemos podido inaugurar el pozo financiado en 2021. Un pozo que, según nos contaban les permite no solo tener mejor salud, sino poder desarrollar actividades como el destilado de licor para la venta. Nos han hablado de su principal “doleance”, quieren una escuela para sus hijos. Les hemos dicho, como en el resto de lugares, que comiencen con un apatam y que si son constantes en el envío de sus hijos y de sus hijas, les ayudaremos a evolucionar hacia una escuela oficial.

Koperou y Sefwore II, no tienen agua. Vinieron a vernos ayer varios de sus representantes y prometimos visitarles hoy. En nuestra visita hemos querido recorrer junto a ellos la distancia hasta sendos marigos (riachuelos estacionales) adonde acuden para coger el agua.

Poco más de 500 metros de distancia para coger una agua “ café con leche” que es fuente de buena parte de los problemas de salud de ambos poblados. Los marigos ya no tienen agua superficial, pues nos encontramos en mitad de la época seca y han excavado para poder seguir teniendo acceso a un agua que comparten con los animales, a la vista del estiércol que hemos encontrado alrededor.

Son muchos los poblados de esta zona en esta situación y será necesario priorizar ya que lamentablemente no podremos llegar a todos. En los que hemos visitado hoy, nos han regalado pintadas y ñames. Estaban contentos con nuestra visita.

De vuelta hacia Yaoura, hemos visitado un terreno para el posible proyecto de un centro de formación en costura para chicas. Podría ser una excelente manera de tratar de combatir el éxodo, al menos, en las chicas. Con el proyecto que tenemos en marcha en SEGBANA en la cabeza, hemos ido a hablar con el “Delegué”. La autoridad en Yaoura.

Comparte nuestra visión y considera que es preciso ofrecer soluciones para que los jóvenes puedan evitar el éxodo. En seguida se ha prestado a donar el terreno para que desde la Misión se pueda desarrollar paso a paso el proyecto. Formación en oficios para chicas en Yaoura. Comenzaremos poco a poco, pero con paso firme. Como hicimos en Segbana, donde ya hemos tenido que ampliar el taller de costura y vamos a financiar un internado para que puedan acceder a esta formación las chicas de los poblados que rodean Segbana. Proyecto que contó con vuestra generosa respuesta en la Campaña de Navidad 2021.

En paralelo, hemos tenido una gran satisfacción personal. El traductor habitual no estaba disponible para la reunión con el Delegué y hemos aprovechado la visita de Samuel, uno de los becados de la fundación ALAINE en Bougou. Le conocimos de chaval en el 2011, con su eterna sonrisa y una gran vocación de servicio. Siempre disponible, hoy ha sido nuestro intérprete y ha facilitado un acuerdo que, con seguridad, nos va a dar muchas alegrías.

Mañana cambiamos de sede. Nos vamos a Bougou, a la que será nuestra última parada antes de iniciar el viaje hacia Cotonou, Bruselas, Madrid. Desde Bougou tenemos previstas todavía muchas visitas y esperamos poderlo seguir contando,… incluso con fotos. La cobertura es algo mejor en Bougou. Una pena que en Yaoura se negaran en su día a que les pusieran una antena de telefonía.

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