Kerou

Es la única localidad de la región de la Atakora en la que trabajamos, de momento. Eso sí, aquí hemos desarrollado un modelo que estamos tratando de replicar en otros lugares. Agua, Huertas para mujeres, escolarización, oficios, salud materno infantil,…

En teoría tenemos un viaje cómodo desde Banikoara hasta Kerou, Según Google Maps no nos debería llevar más de unas 2 horas ¡para 66 km!, pero,… se trata de una pista de tierra con un polvo fino que se cuela por todos los lados y que dificulta la respiración y todo tipo de adelantamientos. Al final hemos tardado 2 horas y 45 minutos.

De camino hemos pasado por Goumori. En su instituto financiamos un edificio para la biblioteca y añadimos el equipamiento necesario. Al pasar le hemos sacado una foto. Parar nos hubiera supuesto más de una hora de retraso.

Las rutas por aquí siempre tienen mucha actividad,…

Las mujeres con sus tareas siempre caminando junto a la ruta. Con el agua, la madera o sus pequeños negocios a cuestas y la mayoría de ellas con un niño a la espalda.

Cuando hemos llegado a Kerou, ya nos esperaban los alumnos del centro escolar y nos brindaban la tradicional ceremonia de bienvenida.

Con los alumnos hemos llegado hasta la sala de lectura de la nueva biblioteca, donde se ha celebrado el resto de la ceremonia de bienvenida

Últimamente no estoy hablando de las comidas y eso es porque hemos entrado en el régimen tradicional. Arroz o pasta o mezcla de las dos con pollo, es lo más habitual. Ese ha sido nuestro menú de hoy. A veces con suerte igname pile con salsa de cacahuetes y queso Peul frito. Eso si, bien “pimenté”. Por la noche hemos tomado Gari (una especie de cus cus pero de mandioca), con visceras en salsa.

Antes de comer hemos paseado por el centro sanitario

Comenzamos en 2017 con una maternidad y hoy el centro ya tiene además un dispensario, laboratorio, pediatría, centro nutricional,…

Por la tarde hemos visitado la escuela de primaria “Tata Alaine” y hemos saludado a sus alumnos.

Una de las cosas que más hemos celebrado, además de la alegria de los alumnos, ha sido ver las aulas repletas. Son 144 en primaria y 26 en pre escolar. Hace pocos años eso nos parecía difícil en un entorno donde las etnias predominantes son Peul y Gando.

De camino a la reunión con las mujeres de las huertas y de las microfinanzas, hemos visitado las dependencias de la biblioteca.

Los alumnos de pre escolar tenían hoy actividad conjunta los de 4 con los de 5 y los tenían ubicados junto a la sala de lectura. Hemos dado nuestra opinión como lectores: no debe ser fácil concentrarse con 26 pre escolares tan cerca.

La biblioteca cuenta con dos dotaciones. Una para primaria y otra para secundaria. Ambas muy bien ordenadas y con plena disponibilidad de los libros de texto y los recomendados para cada nivel.

Finalmente nos hemos reunido con las mujeres

Desde el punto de vista de las micro finanzas todo parece ir bien. Las mujeres han devuelto el 100% de los fondos tras la última campaña y están listas y dispuestas para la siguiente.

No parece que ocurre lo mismo con las huertas.

Ya estamos acostumbrados en algunos lugares a que las mujeres desaparezcan de las huertas durante las lluvias y en los meses de la cosecha. En esos momentos están a disposición de sus maridos para cultivar el campo estacional, para conseguir el grano del que se van a alimentar todo el año. Nosotros les insistimos en la compatibilidad de ambas actividades, ya que en las huertas el trabajo es menor al contar con las lluvias como aliado, pero no hay manera.

Estamos ya a comienzos de febrero y en las huertas de Kerou las mujeres están todavía limpiando el terreno. Este año hay, además, otros problemas. Los animales están entrando a las huertas porque el cierre perimetral tiene varias zonas claramente saboteadas. Las mujeres dicen que son los jóvenes, que no dejan de ser sus hijos y los animales que son de sus maridos, por lo que les hemos dicho que lo tienen que arreglar ellas con sus hijos y sus maridos.

También hemos previsto un guardián al que pagarán entre todas

De paso hemos insistido en que las niñas deben acudir cada día a la escuela

En las huertas de Kerou hemos podido ver una buena cantidad de pequeños baobab. Más de 40 en toda la extensión. Algunos aislados y otros en grupo como los del centro de salud para su trabajo nutricional.

Las mujeres han terminado rumiando el problema y conscientes de que la solución pasa por ellas, pero temerosas de enfrentarse a sus maridos. De todas formas ya han comenzado a traer cañizo para arreglar con sus propios medios el cierre.

Tras la reunión, la visita a las huertas y un rato de trabajo en ellas, las mujeres han cogido agua y han emprendido camino a sus casas. El sol estaba cayendo y había que preparar la cena.

Mañana continúa nuestro trabajo en Kerou. A las 9:00 está prevista la inauguración del comedor y de los internados de chicas y de chicos. También veremos qué nuevos proyectos se plantean. Os lo contaremos.

A %d blogueros les gusta esto: