Hemos comenzado la jornada pronto y a las 8:30 de la mañana ya estábamos en Faka faka. Estuvimos en ese mismo sitio en enero de 2017 y comprometimos una pequeña ayuda para los pupitres y el arreglo de los pequeños edificios de barro que habían hecho con sus propias fuerzas. Con eso consiguieron que la escuela de preescolar pudiera ser oficial y que el estado pagara a partir de ese momento a los maestros. Con el empujón de los amigos GALOPIN y algunos otros socios de la fundación conseguimos el empujón definitivo.
Este año continúan haciendo el mismo esfuerzo pero esta vez con los alumnos del curso inicial y el preparatorio. Los dos primeros de la escolarización primaria en Benin. Otro pequeño edificio de barro y un “apatam” de paja acogen a los alumnos de CI y CP
Hemos escuchado sus discursos y les hemos animado con nuestras habituales disertaciones alrededor del esfuerzo que debemos compartir entre todos para conseguir una decente escolarización para los hijos e hijas de su poblado.
Como siempre, cuando han escuchado el proverbio africano que utilizamos habitualmente para hablarles de este esfuerzo compartido han asentido con una sonrisa, pues son conscientes de que ellos ya llevan tiempo haciendo los esfuerzos necesarios pero que nunca lo conseguirán sin el empujón definitivo.
Les hemos dejado con la promesa de que no olvidaremos sus peticiones y que intentaremos encontrar los fondos necesarios. Nos hemos ido de Faka faka convencidos de que merecen nuestra ayuda, … que es la vuestra.
A continuación hemos ido a Djougou. Allí hemos tenido una reunión con los monitores del proyecto “stop a la violencia hecha a las mujeres” Un proyecto que se desarrolla en 18 poblados de los alrededores con grupos de mujeres a las que se les da formación en derechos humanos, en convivencia cotidiana, formación para obtener los medios necesarios para ser un poco más libres y se les gestiona, además, una “tontina” con la que aprenden a ahorrar y obtienen un pequeño capital con el que posteriormente pueden realizar actividades productivas. Se trata de un proyecto de autonomización de la mujer en el ámbito rural que está dando unos excelentes resultados.
Tras la reunión hemos visitado dos de los poblados en los que están trabajando. Alfa Kpara y Danogou. Las mujeres nos han recibido con una fiesta y nos han pedido que continuemos con la financiación. Tanto los hombres como las mujeres están encantados de los resultados obtenidos por el proyecto, en aras de una mejor convivencia en los hogares entre el hombre y sus mujeres, gracias a la autonomía que consiguen ellas y a la consiguiente mejora de su autoestima.
Como conclusión hemos invitado a los monitores a charlar invitándoles a una cerveza. Hemos comentado con ellos nuestra voluntad de continuar con nuevas poblaciones en las que conseguir la autonomía de la mujer y con la posibilidad de añadir un presupuesto adicional para co-financiar pequeños proyectos de las mujeres. Proyectos que faciliten conseguir el objetivo de que todos los niños puedan ir a la escuela y tengan una mejor nutrición.
Por la tarde hemos visitado otro poblado ante la posibilidad de aprovechar una antigua perforación con depósito elevado para realizar un pequeño proyecto de piscicultura. Les hemos pedido que cuantifiquen el caudal de agua antes de comenzar a pensar en las inversiones necesarias a su alrededor.
Por último hemos escuchado peticiones de pequeñas granjas para obtener ingresos y hemos valorado las diferentes posibilidades que se abren en este sentido derivadas del proyecto de autonomización de la mujer en el ámbito rural. Como sostenemos en la fundación Alaine “con ellas será difícil, pero sin ellas será sencillamente imposible ”