Ya está llegando el calor fuerte al norte de Benín. La noche ha sido muy calurosa y la corriente eléctrica se ha permitido ausentarse y dejarnos sin ventilador con el único consuelo de alguna ducha intermitente.
Hoy es nuestro último día de trabajo Y lo vamos a dedicar a la educación. La línea de trabajo en la que utilizamos el 50% de nuestro presupuesto anual. Se trata de una apuesta de largo plazo pero creemos es el camino más consistente para conseguir que los beneficiarios de nuestros proyectos sean quienes lleguen a gobernar su futuro.
La primera visita ha sido a uno de los poblados en los que se ha convertido un barrio de Bougou. Concretamente el número cuatro. Allí 95 alumnos de primaria se hacinan en unas instalaciones claramente insuficientes de una pequeña casa que han alquilado.
Nos han enseñado las 6 ha de terreno que han conseguido para crear una nueva escuela. Los 95 niños se distribuyen por partes casi iguales en dos clases del mismo nivel. El primero de la escolarización primaria. En concreto el curso de introducción. CI. Es fácil suponer que para el próximo curso contarán con un número similar de niños que se incorporan a la escolarización primaria. Para entonces necesitarán al menos otras dos aulas.
Como siempre les hemos dicho que ni somos una familia rica ni tenemos una máquina para hacer dinero, pero que afortunadamente, en la fundación Alaine, tenemos muchos amigos que se esfuerzan cada mes para aportarnos su solidaridad y con ella poder atender muchos proyectos a largo del año
Desde allí nos hemos ido hasta Bocamana. Allí ya estuvimos hace dos años. En enero de 2016. Pudimos ver entonces una choza de palos y hojas de palma bajo la que un buen número de niños iniciaban la escolarización. Hoy hemos podido ver dos pequeñas construcciones de barro más dignas pero con menos niños que hace dos años.
Parece que por motivos ajenos a los de la educación de los hijos, muchos padres se oponen al actual director designado por el estado para una escuela que ya es oficial y que por esa discusión, no envían a sus hijos a la escuela. Obviamente les hemos dicho que no registramos su petición de ayuda para un edificio de clases. Que es necesario que, en primer lugar, se pongan de acuerdo y que después todos juntos realicen su petición.
No he podido por menos que reprenderles en mi discurso: “en este aula estamos dos grupos diferentes de personas. Por un lado están los niños que tienen el derecho a recibir una educación en condiciones y por otro estamos los adultos, blancos o negros, europeos o africanos,…. Pero somos todos juntos los que tenemos la obligación de facilitar las cosas para que los niños puedan ejercer ese derecho en condiciones”
Se han comprometido a intentarlo.
Hoy es día de mercado en Bougou. Lo hacen cada seis días por lo que cada semana cambia. Numerosos comerciantes buscan en estos mercados la remuneración a sus trabajos.
Y mañana temprano iniciaremos nuestro viaje de vuelta que, si todo va bien, durará hasta el lunes al mediodía.