Hoy a las 5:30 ya estábamos en marcha y una hora después emprendíamos camino hacia Cotonú la primera etapa de nuestro viaje de vuelta. Menos de 500 km pero más de ocho horas y media de trayecto saltando de bache en bache. Por aquí suelen decir que los baches no se esquivan sino que se eligen.
Cuatro horas después de salir hemos llegado a Dassa y hemos parado a tomar una tortilla beninoise y una cerveza también beninoise.
La parada nos ha permitido comprobar que una rueda trasera aparentemente perdía aire. Nos hemos parado a arreglarlo en uno de los muchos lugares de neumáticos que hay por la carretera. Dos pinchazos tenían la culpa.
Por la tarde ya en las inmediaciones de Cotonou, hemos visitado la villa lacustre de Ganvié. La Venecia africana.