Bokamana y Pelebina

Es curiosa la capacidad humana de constante adaptación. Hoy, estoy seguro que no ha faltado la llamada a la oración de los musulmanes a las cinco horas de la madrugada. Estoy seguro que a continuación el gallo habrá vuelto a emprender su desenfrenada carrera de cantos consecutivos, pero yo no me he enterado de ninguna de las dos cosas hasta las 6:30 de la mañana cuando tocaba levantarnos.

Anoche tras la cena y antes de la reunión con los artesanos de Bougou, nos vinieron a visitar las aprendices a las que la misión ayuda para que puedan culminar su trabajo, consiguiendo el título de maestras en su oficio. Querían agradecer nuestra ayuda y enviar un cariñoso saludo a Marcos, anterior titular de la parroquia.

Marcos es un misionero de la sociedad de misiones africanas que nos introdujo en la realidad del norte de Benin allá por 2008. Desde 2010 fue titular de la parroquia de Bougou, desde donde hemos hecho juntos numerosos proyectos en educación, salud y promoción de la mujer. Le le ha sustituido otro sacerdote de la sociedad de Misiones Africanas: P. Christopher. El es ahora quien nos acompaña a visitar los proyectos.

La reunión con los artesanos fue una constante referencia a Marcos. Todos le enviaron sus saludos y preguntaron cuando iba a venir. Su preocupación real era otra. Son conscientes que aparecimos en Bougou junto a Marcos y su preocupación era si vamos a continuar financiando proyectos por aquí ahora que él se ha ido. Tratamos de dejarles claro que nuestra voluntad es continuar trabajando en el norte de Benín independientemente de que las personas sean unas u otras. Eso si, siempre que el funcionamiento sea de acuerdo entre todas las partes.

Hoy a la mañana nos ha tocado visitar Bokamana Allí donde hemos financiado un edificio de aulas para la escuela de primaria pública local.

Una financiación que ha corrido a cargo, en este caso, de la parroquia Santa María Madre de Dios y en concreto gracias al festival de Navidad 2018 y a la campaña de duchas de primera comunión de 2019. También contamos con la ayuda de algunas familias de Tres Cantos que se unieron a la financiación de esta fábrica de oportunidades que es la escuela de Bokamana, para los chicos y chicas de La localidad.

Por el camino, hemos cruzado por el puente que financiamos en 2010 como paso previo a financiar varios pozos, una pequeña escuela y una maternidad dispensario. Son muchos los frenos al desarrollo y en algunos casos un simple cauce estacional que impide el paso de los camiones, evita que se puedan llevar a cabo obras de una cierta magnitud. El puente sigue prestando su servicio a la perfección y pronto hemos llegado a Bokamana.

Aún está en pie uno de los edificios en los que antes tenían lugar las clases. Los siguen utilizando como despacho para la dirección y la administración.

El nuevo edificio de clase se encontraba ya engalanado, pero todavía no habían terminado los preparativos para la reunión con los padres, los alumnos, los profesores, las autoridades locales y los representantes de la población en general.

Nuestra primera visita a Bokamana fue en enero de 2016. Entonces estudiaban en sendos apatán de palos y hojas de palmera. Al año siguiente los padres de alumnos habían construido un par de edificios con adobes y ahí continuaron hasta enero de 2019 cuando les comprometimos financiar un edificio de tres aulas, a la vista de que los padres estaban siendo constantes en el envío de los hijos a la escuela.

Hoy cuando hemos llegado, hemos podido ver que el número de alumnos había aumentado respecto los años anteriores, pero no de una forma sustancial. En la reunión previa al acto de inauguración, había casi más niños entre el público que entre los que esperaban en formación a que cortáramos la cinta. También hemos tenido que reclamar la presencia de las mujeres que se encontraban agrupadas detrás del antiguo edificio donde estudiaban los alumnos.

En los discursos hemos escuchado sus peticiones. Piden que les financiemos un pozo, incluso han llegado a hablar de un edificio para secundaria. A la vista del montón de niños que aún no estaban escolarizados, les hemos dicho que la única manera de conseguir renovar nuestro apoyo es que envíen a todos los niños y sobre todo las niñas a la escuela. No estamos dispuestos a dar ni un paso más hasta ver que ellos adquieran un compromiso pleno para escolarizar a todos los niños y sobre todo a las niñas.

Han asegurado que enviarán a sus hijos e hijas a la escuela. Les hemos dicho que volveremos el año que viene y que, mientras, les visitarán desde la misión para ver que cumplen su compromiso.

Por la tarde hemos visitado las huertas para mujeres de Pelebina. Este pasado año les hemos ayudado a completar el cierre perimetral de las Huertas. En la visita, como hemos hecho en todas las anteriores, les hemos hablado de los baobabs. Estaban encantadas con la posibilidad de tener una huerta con la que poder conseguir una buena cantidad de las apreciadas hojas de este árbol en la gastronomía local.

Como en ocasiones anteriores también aquí nos han sorprendido con un par de magníficos ejemplares de baobab.

Quieren ampliar la superficie a cultivar y quieren hacerlo para poder acoger a más mujeres dentro del proyecto. Nos piden un par de aljibes más para tener el agua accesible en las zonas de ampliación. Al visitar con ellas dichas zonas hemos podido ver que las últimas lluvias habían abierto un boquete de más de 6 metros en el cierre perimetral. Les hemos reñido y les hemos pedido que con sus propios medios reparen el cierre ya que pensamos que se trata de una labor de mantenimiento con ellas de principales interesadas. Nos han asegurado que se ponían a ello de inmediato no en vano es un punto débil y por lo que se pueden colar los animales y destrozar su trabajo en las Huertas.

En la reunión hemos hablado de la ampliación a nuevas mujeres, del emplazamiento de las nuevas cisternas, de las micro finanzas, de la huerta de baobabs,… Y de otros cultivos como el algodón.

Les hemos advertido del peligro de cultivos como el algodón que tienen el precio intervenido de forma internacional y que en Benin solo existe un comprador que es el Estado. En un producto en el que no existe un equilibrio entre la oferta y la demanda y que además no sirve para comer, dedicar mucha superficie a este cultivo constituye una hipoteca que no se sabe muy bien cómo se va a pagar. Si se cultiva maíz y el precio cae siempre queda el recurso de comérselo. Algo que no ocurre con el algodón.

Lo han entendido pero el algodón es una cuestión de los maridos a los que les encanta recibir todo el dinero del tirón al terminar la cosecha. Ellos están convencidas de las ventajas de la huerta que les permite tener condimentos para las salsas, verduras,…

Para terminar el día hemos tenido una nueva actuación. En este caso de la coral parroquia que al enterarse que el domingo no vamos a estar, han decidido dedicarnos una actuación personal. Por último hemos visitado las clases de refuerzo donde los jóvenes preparan los exámenes estatales de reválida.

Nos han agradecido nuestra ayuda ya que gracias a ella pueden tener el apoyo necesario para conseguir la nota suficiente y poder pasar a la secundaria y al bachiller.

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